1 de mayo. Día del Trabajo. Y para todos los amantes de la Fórmula 1 una fecha trágica. Y es que hace 24 años, el 1 de mayo de 1994, perdía la vida en el circuito de Imola Ayrton Senna.
Ese día el piloto brasileño se estrelló a a más de 200 km/h contra el muro de cemento de la curva de Tamburello durante el GP de San Marino. El impacto del Williams-Renault FW16 contra el muro fue muy violento y allí perdió la vida Senna.
La temporada no había comenzado bien para el brasileño, que había sumado dos abandonos en Brasil y Japón. Senna buscaba a los mandos del FW16 su cuarto mundial de F1, tras los ganados en 1988, 1990 y 1991.
Senna alcanzó la gloria con McLaren Honda en esas tres temporadas, en las que cimentó su leyenda en la F1 y fue apodado como ‘magic’ por sus portentosas actuaciones bajo la lluvia.
Por todos será recordado el GP de Mónaco de 1984 cuando Senna a los mandos de un Toleman remontó de la 13ª posición a la segunda. Ese día ganó Prost, que pude dar gracias a que la carrera se acabará antes de tiempo.
Esa fue la primera señal de la gran rivalidad Senna-Prost que marcaría los años posteriores en la F1.
McLaren ha querido recordar al brasileño en este día con un tuit: "Hace 24 años perdimos un icono de las carreras, campeón y amigo. Siempre recordado, para siempre en nuestros corazones. #SempreSenna".
#SennaSempre ���� pic.twitter.com/WTjmseupyp
— Formula 1 (@F1) 1 de mayo de 2018
La cuenta oficial de la F1 también ha recordado al genial piloto brasileño con un escueto y sentido tuit bajo el hashtag #SennaSempre.
El misterio del accidente
Pero a casi un cuarto de siglo de Imola, y más allá de teorías y sospechas, como la de Hill, nadie sabe realmente qué disparó el accidente. Ni siquiera el juicio sustanciado pudo develar el misterio.
Esa tarea ya es imposible: el Williams Fw16-Renault siniestrado abandonó la comisaría de Bologna el 14 de marzo de 2002 (casi ocho años después del accidente) y al llegar a la factoría de Williams, en Grove (a una hora de Londres) no quedaron rastros. Williams devolvió el motor V10 a Renault y destruyó los restos.
Varios años antes, el 16 de diciembre de 1997, el juez Antonio Costanzo había pronunciado su veredicto: a su criterio, el accidente se había producido debido a la rotura de la columna de dirección modificada en el Williams, un trabajo que se había hecho antes del comienzo de la temporada por pedido del propio Senna, que pretendía disponer de más espacio en el cockpit.
Pero la Corte de Apelaciones de Bologna falló el 22 de noviembre de 1999, cinco años y medio después del accidente, desautorizando al juez Costanzo sobre la teoría de rotura como causa del accidente, sin inclinarse hacia ninguna otra teoría en particular. "Ya no es más un misterio -dijo entonces el abogado de Williams, Peter Goodman- No fue una falla del auto".
"Honestamente, la verdad es que nadie podrá saber exactamente qué pasó", declaró años atrás el diseñador del auto, Adrian Newey, absuelto por Costanzo y hoy director técnico de la escuadra Red Bull. "No hay dudas que la columna de dirección falló pero la pregunta es si se rompió tras el golpe o causó el accidente. Tenía roturas por fatiga y debía fallar en algún momento. Está claro que el diseño (de la modificación) era bastante pobre. De todas maneras, toda la evidencia sugiere que el auto no se salió de la pista como resultado de una falla de la columna de dirección. El auto no subviraba, sobreviraba, lo que no es consistente con una falla de la barra de dirección. Ayrton corrigió desacelerando al 50 por ciento, para acomodar la cola y después, medio segundo más tarde, frenó con violencia. La pregunta es ¿por qué se desacomodó la cola? El auto golpeó mucho más duro contra el pavimento en esa vuelta lo que parece inusual porque la presión de las cubiertas debió ser la adecuada para entonces, lo que deja pensando que la cubierta trasera derecha probablemente se pinchó con algún resto dejado en la pista. Si yo tuviera que elegir la razón más plausible del accidente, sería ésta".
Muchos rumores circularon sobre el casco que Senna usaba ese día: el peso habría sido menor al reglamentario, a costa de sacrificios en su resistencia al impacto."Ciertamente, la compañía que instaló el aparato de radio en el casco dudó de su legalidad. El anónimo técnico que hizo el trabajo dijo que el casco podía ser dañado fácilmente y que era algo que nunca había visto -escribió el periodista Tom Rubython en su libro "La vida de Senna"- Esto nunca fue documentado, nunca se trató en el juicio, nunca fue investigado por la FIA. Algún indicio puede tomarse del indecente apuro con el que el casco fue destruido, siguiendo órdenes de la familia Senna, apenas liberado por las autoridades italianas en 2002".
Sí se sabe qué ocasionó la muerte: un pedazo de suspensión entró por el visor del casco: fue como si Ayrton hubiera recibido un balazo a quemarropa en la cabeza. No había salvación posible. Su corazón siguió latiendo. Fue mantenido con vida artificialmente: se calculó que el cuerpo del brasileño perdió 4,5 litros de sangre. Se lo fue transfundiendo para mantenerlo con vida hasta llegar al hospital Maggiore de Bologna. Allí se lo declaró muerto recién a las 18:40, cuatro horas después del accidente.
Su tumba en el cementerio Morumbí es uno de los lugares más visitados por los turistas que pisan San Pablo. Es sencillo divisarla: es la que siempre tiene más flores frescas.