Arsenal hizo más leña del caído San Lorenzo de Almagro al batirlo sobre el epílogo 2-1 en el Estadio Julio Humberto Grondona. El gol decisivo fue el primero en la máxima categoría que consiguió Claudio Mosca, el integrante del seleccionado argentino Sub 20, quien resolvió dentro del área con un zurdazo cruzado. Muy poco antes, ya en el último tramo del cotejo, correspondiente a la decimosexta fecha del torneo Apertura, un intento del incisivo Matías Alustiza rebotó en el poste derecho, como para dar una muestra de que el conjunto de Sarandí se hallaba más cerca de la victoria. El San Lorenzo de capa caída ganaba sin merecerlo por intermedio de Gonzalo Rovira, pero Arsenal, que está tercero en la tabla de posiciones, había logrado la igualdad temporal por la contundencia del artillero Mauro Obolo.
Arsenal, de positiva campaña en esta competencia, arrancó el encuentro bastante mejor, ya que San Lorenzo salió demasiado tibio y fue superado fácilmente por un adversario que lo atacaba en forma persistente y vertiginosa, aunque con muchas imprecisiones. Nada más que por ese apuro Arsenal se vio en el comienzo imposibilitado de abrir el tanteador.
En su única llegada San Lorenzo se puso 1-0 por un acierto de Rovira. La oportunidad se dio porque Leandro Romagnoli hizo rápido un saque de costado, mientras reclamaba Iván Marcone, Juan Carlos Menseguez llegó hasta el fondo, colocó el centro y Rovira fusiló a Cristian Campestrini. En la segunda etapa Arsenal se mostró desde un principio con determinación para alcanzar la igualdad, aunque le faltó volumen de juego. Por su parte, San Lorenzo se abroqueló en su campo a la espera de aprovechar un réplica. Esa situación se prolongó hasta los 17 minutos, cuando Alustiza ejecutó un córner, Mosca peinó la pelota y por detrás apareció Obolo para completar la maniobra con idoneidad y establecer el 1-1. A todo esto el riojano Díaz había cambiado a Menseguez por Fabián Bordagaray y la velocidad del recién ingresado derivó en una oportuna situación mano a mano, pero lo atoró Campestrini en el momento justo. La justicia llegó sobre la hora, cuando la aplicó Mosca, para su primer grito entre los grandes y para deterioro todavía mayor de este San Lorenzo que a esta altura carece de ilusiones.

