Estaba cantado que la Selección Argentina Sub-19 de hockey sobre patines iba a tener una sonrisa tras el debut en el Mundial que se juega acá. La cuestión era saber si los chicos asimilarían los nervios del debut. Y lo hicieron. Se la bancaron a medida que pasaron los minutos. Se soltaron. Jugaron como ellos saben y terminaron goleando 11-0 a una modesta Suiza, que mostró mejores antecedentes que México o Estados Unidos -equipos que fueron vapuleados por los otros grandes- pero que indudablemente es de una potencialidad mucho menor que la Albiceleste.
Así fue el debut argentino en este Mundial. Como para marcar terreno. Ante un público que acompañó sin llenar el "Cantoni" pero que se retiró feliz porque vio que sus chicos están bien afilados.
En las primeras acciones, pese a que al minuto Giuliano Giuliani abrió el tablero, al equipo de "Juanma" Garcés le costó reflejar en el marcador el dominio que tenía en el juego. Las explicaciones: El nerviosismo lógico del debut, la buena marca rival y la falta de puntería. Eso hizo que el arquero suizo se fuese agrandando y tapara claras oportunidades argentinas. Pero antes de los 15" se dio el golazo de Joaquín Olmos -dueño de un tiro demoledor- para que el local tome mayor confianza. Entonces ese dominio siempre equilibrado sirvió para que los goles fueran cayendo como fruta madura. El primer tiempo terminó con un claro 6-0. Aprovechando que el técnico Garcés fue rotando el equipo en cancha con actuaciones buenas y parejas.
Y en el complemento fue más de lo mismo. Ya con Suiza cansado, se dieron seis goles más para cerrar el 11-0 categórico y esperanzador por lo mostrado en el juego.
Clima de mundial
Cerca de 3.000 sanjuaninos le dieron el marco al debut de Argentina. En un Aldo Cantoni refaccionado e impecable, los hinchas disfrutaron del buen debut de los conducidos por Juan Manuel Garcés.
DIARIO DE CUYO es una tradición en los mundiales. Cada vez que se realiza en San Juan este medio cuenta con una cabina para la mejor calidad en su trabajo, algo que anoche no ocurrió, teniendo que trabajar desde la altura de un arco en los pupitres. Una pena.