Buenos Aires, 2 de febrero.- Más allá de lo que se sabía desde antes del partido, Tobias Kamke se reveló pronto como el punto más flojo de la pareja alemana. En la primera oportunidad en que sacó, Argentina consiguió la diferencia inicial: le quebró en 0 casi con facilidad, a pura devolución. Fue el apoyo para lograr el primer paso del sábado: llevarse el set inicial. El dobles argentino estaba mucho más firme que su rival, con una pareja improvisada por la lesión de Kohlschreiber. El saque y la devolución les funcionaba perfecto a Nalbandian y Zeballos, que desplegaban su juego con soltura. Así, luego de un nuevo quiebre, esta vez a Kas, el cordobés pudo cerrar en 6-1 el set con su saque.

En el segundo set el guión de la película cambió levemente. Si bien Argentina consiguió pronto distanciarse gracias a que pudo quebrar el saque de Kas en el tercer game, tanto Nalbandian como Zeballos -que demostró en todo momento estar a la altura del compromiso- tuvieron importantes dificultades para mantener su propio servicio. Pero todas las dudas se despejaron cuando David sacó casi a la perfección en el décimo game para cerrar el segundo set en 6-4. La victoria -la del dobles y la definitiva en la serie- ya quedaban a un paso.

Parecía que la victoria estaba servida, pero los alemanes dijeron presente. Tobias Kamke y Christopher Kas aprovecharon el bajón de David Nalbandian y Horacio Zeballos para quedarse con el tercer parcial por 7-5 y estirar la definición de la serie. En el cuarto set, los argentinos buscan de nuevo la victoria que lleve al equipo a cuartos de final de la Copa Davis, donde espera Francia.

Más allá de lo que se sabía desde antes del partido, Tobias Kamke se reveló pronto como el punto más flojo de la pareja alemana. En la primera oportunidad en que sacó, Argentina consiguió la diferencia inicial: le quebró en 0 casi con facilidad, a pura devolución. Fue el apoyo para lograr el primer paso del sábado: llevarse el set inicial. El dobles argentino estaba mucho más firme que su rival, con una pareja improvisada por la lesión de Kohlschreiber. El saque y la devolución les funcionaba perfecto a Nalbandian y Zeballos, que desplegaban su juego con soltura. Así, luego de un nuevo quiebre, esta vez a Kas, el cordobés pudo cerrar en 6-1 el set con su saque.

En el segundo set el guión de la película cambió levemente. Si bien Argentina consiguió pronto distanciarse gracias a que pudo quebrar el saque de Kas en el tercer game, tanto Nalbandian como Zeballos -que demostró en todo momento estar a la altura del compromiso- tuvieron importantes dificultades para mantener su propio servicio. Pero todas las dudas se despejaron cuando David sacó casi a la perfección en el décimo game para cerrar el segundo set en 6-4. La victoria -la del dobles y la definitiva en la serie- ya quedaban a un paso.

Los alemanes, que ya en el segundo parcial habían planteado más resistencia, encontraron algo más de comodidad en el tercer set. Sin mostrar nada fuera de lo normal, Kas se puso al hombro la pareja y Kamke encontró algo más de tranquilidad. Pusieron en problemas serios a los argentinos en la zona de definición (en el octavo game, Nalbandian quedó doble break point abajo y necesitó de un punto brillante para salir del pozo) y empezaron a tener opciones de quedarse con el parcial. A esto se sumó una caída en el nivel de Zeballos, mucho menos preciso que al comienzo. Los alemanes recargaron el juego en él con buenos dividendos: lograron mantener la paridad hasta el final del parcial. Y en el cierre, con el saque de Nalbandian y una volea imprecisa del marplatense, se consumó el 7-5 para los visitantes.

Debían despertarse pronto los argentinos. Y lo hicieron. Quebraron el saque de Kas en el primer game y el partido volvió a ser el de los primeros dos sets. Todo lo que antes se iba afuera empezó a entrar y así quedó cerca el desenlace. El nuevo break a Kas dejó olor a partido liquidado. Ya no habría lugar para nuevos vuelcos. Los alemanes levantaron dos match points con el saque de Kamke, pero con el saque de Nalbandian, luego de superar dos puntos de quiebre y con una palomita de Zeballos, quedó decretada la victoria con un 6-2. Argentina, después de todo lo que rodeó en lo previo esta serie ante Alemania, quedó otra vez entre los ocho mejores equipos del mundo. No es poco.