El seleccionado argentino de fútbol quedó esta noche a las puertas del escenario insólito de no ir al Mundial Rusia 2018, al empatar sin goles con su par de Perú, en una Bombonera que alentó pero no jugó. El encuentro correspondiente a la 17ma. y penúltima fecha de la eliminatoria sudamericana entregó una mueca de decepción para el equipo de Jorge Sampaoli que, con este resultado, pasó a ubicarse en el sexto puesto de la tabla de posiciones, afuera de la clasificación a la cita ecuménica.
Con este marcador, el equipo albiceleste (que suma tres empates consecutivos y cuatro sin ganar) suma 25 puntos (diferencia de gol +1, con 16 tantos a favor) y quedó por debajo de Brasil (38 puntos; clasificado), Uruguay (28), Chile (26, + 2, con 26 goles a favor), Colombia (26, +2, con 20) y Perú (25, +1, con 26).El conjunto argentino deberá jugarse sus últimas fichas en Quito el próximo martes ante una eliminada Ecuador (20).El equipo de Sampaoli deberá ganar y aguardar una combinación favorable de resultados para meterse entre los cuatro que irán directo a Rusia. Aunque sumar los tres puntos le garantizará -al menos- asumir el repechaje ante Nueva Zelanda.
El arranque mostró a un equipo argentino que buscó asfixiar y no dejar salir cómodo a su par peruano. De este modo, Marcos Acuña pasó a revistar en la línea de volantes y el esquema táctico derivó, por momentos, en un elástico 3-3-3-1.Inclusive, en ese lapso inicial, Messi ofreció ese vértigo característico e innato que presagiaba emociones fuertes inmediatas.
Pero a medida que el mediocampo visitante retrasó líneas ese ligero dominio albiceleste fue desapareciendo. El equipo de Gareca neutralizó esa presión inaugural, buscando jugar corto, desprendiendo los volantes y no sólo con Paolo Guerrero como única referencia de área. La estrategia diseñada por el DT Sampaoli de ubicar a Di María, por derecha, y ‘Papu‘ Gómez, por izquierda, con los perfiles invertidos, no otorgó gravitación en el funcionamiento colectivo.
En suma ocurrió lo que casi siempre ocurre: Messi sintió la necesidad de bajar a buscar el balón a la zona central y así su poder de fuego se redujo notablemente, más allá de la buena marcación a la que fue sometido. Argentina tuvo sus chances, es cierto, pero más que nada por arrestos individuales como a los 32m., cuando Gómez arremetió por izquierda y exigió una respuesta del arquero Gallese. El astro rosarino también tuvo la suya, hacia los 38m., con una maniobra en la que eliminó dos rivales y sacó un disparo ajustado que salió apenas desviado, junto al poste derecho.
Y a los 45m., el crack del Barcelona metió un pase quirúrgico a la cabeza de Benedetto, aunque el atacante de Boca no le dio la dirección deseada y la pelota se fue por sobre el travesaño. Aún teniendo mucho menos la pelota, Perú resultó más práctico y contó con la oportunidad más nítida, a los 33m., cuando un desborde de Peña encontró solo a Farfán y el jugador del Lokomotiv Moscú despachó un remate a bocajarro, que salió rozando el palo derecho de Romero.
Luego de las charlas en vestuarios, Argentina insinuó una tromba: en apenas 90 segundos tuvo tres oportunidades claras para abrir la cuenta. Benedetto, Messi (tiro al palo) y Biglia (atajada monumental de Gallese) se quedaron con el grito atragantado. El ingreso de Rigoni (por un instrascendente Di María) le permitió a Messi jugar más adelante y, de su zurda prodigiosa, llegaron otras dos claras situaciones.
Una habilitación a Gómez y remate del ex San Lorenzo que fue muy buen contenido por el guardavallas (11m.), además de un desborde por izquierda que encontró solo a Rigoni y el disparo del ex Independiente salió junto al palo. Para colmo de males, Fernando Gago apenas duró seis minutos en cancha y se retiró muy dolorido en su rodilla derecha, tal vez, con los ligamentos comprometidos. La presión argentina fue decreciendo, las piernas y la cabeza pesaban cada vez más.
A esa altura, como casi siempre, la suerte de Argentina dependía del ’10’ salvador o de algún remate de media distancia como el de Mascherano (otro de buen rendimiento) que se fue apenas alto (31m.). El estado de situación pudo erigirse en catástrofe futbolística, en el último minuto, si el arquero Romero no le tapaba un tiro libre a Paolo Guerrero.