El seleccionado argentino de fútbol no jugó en el mismo nivel que había exhibido en la goleada ante España, el mes pasado, y perdió merecidamente y por primera vez en su historia frente a Japón por 1-0, en el partido amistoso que jugaron en el Saitama Stadium. El único gol fue convertido por el delantero Shinji Okazaki, a los 18 minutos de la primera etapa. Argentina fue superada casi de principio a fin por el representativo local, que se mostró más veloz, ordenado por el trabajo de Endo y Kagawa, y peligroso cada vez que contraatacó a través de Honda, Morimoto y Okazaki en el primer tiempo y después con el ingreso de Maeda. Sin embargo, a poco de comenzar el cotejo, Argentina estuvo a punto de abrir el marcador por intermedio de su mejor jugador, Lionel Messi, quien luego de una "pared" con Diego Milito, elevó apenas su remate sobre la salida del arquero Kawashima.
A partir de entonces, el seleccionado local, con el debut del italiano Alberto Zaccheroni en la conducción técnica, comenzó a complicarle la salida a la Argentina y se acercó con mucho peligro a la valla defendida por Sergio Romero, de floja labor.
A los 8 minutos, el ex arquero de Racing y actualmente en el AZ Alkmaar de Holanda, evitó el gol de Morimoto, quien remató con comodidad dentro del área chica ante la pasividad de Gabriel Milito.
Argentina fue siempre "messidependiente", ya que el crack del Barcelona fue el único jugador argentino que desequilibró en velocidad cada vez que se lo propuso, aunque no encontró respuestas en sus compañeros, como por ejemplo Tevez y D"Alessandro.
Con el transcurrir de los minutos, la sostenida presión de Japón en la mitad de la cancha y la velocidad en los movimientos de sus jugadores pasaron a ser determinantes en el desarrollo. A los 18 minutos, el local consiguió el gol por el que había hecho méritos hasta ese momento. Endo remató con violencia desde afuera del área después de un mal retroceso de los mediocampistas argentinos, Romero dio un rebote largo y Okazaki lo aprovechó para establecer la diferencia.
El ingreso de Javier Pastore por un intrascendente Andrés D"Alessandro antes del cuarto de hora del segundo tiempo le dio a la Argentina algo más de profundidad. El jugador del Palermo de Italia intentó juntarse con Messi y cuando lo consiguió el equipo argentino pudo neutralizar el cerrojo defensivo rival, aunque no le alcanzó para llegar al empate.
Batista, quien perdió el invicto desde que se hizo cargo del plantel tras el alejamiento de Diego Maradona, intentó revertir la historia con los ingresos de Ezequiel Lavezzi y Angel Di María pero no lo consiguió.
Argentina perdió con justicia y a partir de ahora el "Checho" Batista ya se pondrá a pensar en el próximo amistoso, nada menos que frente a su clásico rival sudamericano, Brasil, el 17 de noviembre en Doha, la capital de Qatar.
