Llegar a la final del Mundial. Ese siempre fue el sueño. Lógicamente festejar en ese partido decisivo sería el máximo. Pero antes hay que resolver con éxito el camino para estar ahí, el próximo domingo. Y ese último obstáculo se llama Croacia. No es uno más. Es el actual subcampeón del mundo. Uno de los dos invictos que tiene el campeonato (el otro es Marruecos). Es uno de los seleccionados que le ganó a la Argentina en el Mundial pasado (3-0 en la fase de grupos de Rusia 2018). Y es el equipo que mayor avance ha tenido en los últimos años en el fútbol europeo pese a su corta edad como país (se independizó luego de haber sido parte de la antigua Yugoslavia).
A nadie que le sorprenda que el de hoy sea un partido cerrado, celoso en marcas y sin muchos atractivos cerca de los arcos. Son dos equipos que se respetan. Que saben del potencial del otro. Que están en las semifinales por sobrados motivos. Eso en la lógica, porque Argentina y Croacia tienen jugadores que pueden hacer de lo otro. Esto es ir en un frente a frente sin estaciones. Con ataques permanentes y posibilidades de gol en cualquier momento. Pero por eso el fútbol es el fútbol. Porque es impredecible. Porque puede ser de esta manera o aquella. Porque en estos partidos trascendentales puede ser blanco o negro. Nunca gris.
En Argentina el técnico Scaloni se habría decidido por la presencia de Rodrigo De Paul y de Ángel Di María, los dos que vienen en duda desde antes del choque con Países Bajos. Eso implica que hará un cambio de esquema. No jugará con los tres centrales (sacando a Lisandro Martínez) sino que jugará con otra punta (el "Fideo"). Pero como Scaloni siempre sorprende, por ahí sigue como estaba. Vaya a saber.
Lo de Croacia es raro a su vez. Porque en lo futbolístico, repite prácticamente el equipo de siempre pero en la dialéctica previa está portándose distinto. Esta haciendo la "Gran Países Bajos". Llenando de "propaganda" negativa de los argentinos para convertirse en el "pobrecito" de la película. Diciendo por un lado que Argentina tiene un plan maquiavélico para amedrentar a sus jugadores y sacarlos de contexto. Y también que empleará las mismas provocaciones que utilizó ante los neerlandeses. Qué lástima lo del técnico croata. Que busque "imitar" a Van Gaal sabiendo los resultados negativos que tuvo este. Eso sí, tácticas son tácticas y en este plano decisivo todo vale. Si no, pregúntele al "Dibu" Martínez, que siempre está rayando por la burla y la provocación como elemento válido para sacar ventaja en lo anímico.
El partido es en la cancha. Ahí es donde tendrán que hablar los que saben, los jugadores. La Argentina de Messi ante la Croacia de Modric. No es poco. Sólo hay que esperarlo. Lo importante es que el sueño sigue.