Especial para DIARIO DE CUYO
La Selección argentina se jugará su última chance de llegar a octavos de final con la generación de históricos, los mismos que transitaron con diversa suerte el camino rumbo a un nuevo sueño como es la Copa del mundo, ese trofeo que se les negó hace cuatro años en Brasil.
Enfrente estará un equipo vertiginoso como Nigeria, con errores defensivos, pero que tiene una potencia ofensiva que en cualquier momento puede torcer el rumbo del juego, tal cual ya ocurrió el año pasado en el amistoso donde Argentina se imponía 2-0 y terminó cayendo por 4 a 2.
La defensa argentina confirma la situación con cuatro hombres, buscando la solidez desde la experiencia y soportar un partido que puede ser muy negativo en cualquier momento. A ellos se le suma en el medio otros volantes con gran rodaje, más la delantera con Messi e Higuaín quienes buscarán no dar un paso en falso como no ocurre desde Corea-Japón 2002 con Marcelo Bielsa como técnico.
Ese será el camino elegido: el de entender un partido largo, el de aprovechar cada instante. Hay que pensar que la pelota no tenga un peso superior al habitual. Se trata, quizá, del último eslabón de una generación que tiene sobre sus espaldas tres finales perdidas de manera consecutiva, una de ellas, la primera y más importante, en la final del Mundial pasado contra los alemanes.
Argentina está ante un rival complicado, pero el adversario más difícil es la propia Argentina.