No le sobró mucho pero dejó en claro que es un candidato de fierro para llegar a la gran definición de la Copa América Centenario que se juega en los Estados Unidos. La Selección Argentina jugó bien, pese a sus altibajos, pero hizo gala de su tremendo poder ofensivo y goleó 4-1 a Venezuela por los cuartos de final del torneo.

Ahora, el equipo del Tata Martino se tendrá que ver las caras con el anfitrión Estados Unidos, en una de las semifinales. Será el martes, desde las 21 hora argentina, en Houston.

Anoche, los goles de Higuaín, las atajadas de Romero y las apariciones de Messi se mostraron como las aristas salientes en la justificada victoria. Y ésto no es poco pensando en lo que se viene.

El equipo argentino concretó en el tablero más rápido de lo esperado esa diferencia que existe con Venezuela. La “Vinotinto” salió dispuesto a marcar arriba y le dio más espacios a los de Martino. Ya a los 3’ la Albiceleste había tenido dos chances para anotar, ambas a través de Messi. En la primera, no encontró espacios para pegarle y, en la segunda, su tiro salió apenas desviado.

Venezuela sólo se preocupó en su marca y, enfrente, Messi empezó a frotar la lámpara. A los 8’ metió un pase genial al vacío a Higuaín y éste, de sobrepique, la mandó al fondo. El panorama siguió igual pero 20’ después Higuaín apareció otra vez. Se dio un pase fallido de los venezolanos y el “9” argentino no perdonó. Eludió en velocidad al arquero y la acarició al gol.

En lo que quedó, la Argentina se relajó. Tanto que Venezuela tomó el dominio del juego y tuvo varias oportunidades, aprovechando que la defensa albiceleste lució desconcentrada. En todas salvó Romero pero el mismo arquero cometió un penal a dos minutos del cierre. Seija quiso picársela y Romero la embolsó.

En el complemento La Argentina mejoró su papel y volvió a tomar la iniciativa. A los 15’ llegó el esperado gol de Messi. Tras gran jugada, Gaitán la metió al medio y el capitán argentino dominó y venció al arquero rival. Luego a los 24’ Rondón descontó de cabeza pero un minuto después Lamela volvió a estirar las cifras. El resto, sólo para esperar el final.