El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, cruzó ayer al presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio ‘Chiqui’ Tapia, por sus cuestionamientos al operativo de seguridad en el marco de los festejos por la conquista del título mundial. "Nuestra primera vocación fue cuidar a los jugadores porque cualquiera que quería acercarse quizá podía generar un dolor de cabeza", sostuvo. A la hora de responder a las críticas del presidente de la AFA, fue tajante: "Me importa un comino los tuits del Chiqui Tapia. Me llamó a mí enojadísimo porque decía que lo habíamos traicionado, pero, mientras él decía eso, Messi, De Paul y Di María ya estaban en el helicóptero. No hay que dar más entidad a un cachivache de pacotilla, que cuando hablé por teléfono con él no se le entendía nada".