San Juan.- Ángel Vega tiene 13 años y su pasión es el fútbol, sobre todo cuando tiene como protagonista a Lionel Messi. Pero eso no es lo único que lo une al jugador del Barcelona, sino también la tristeza de sufrir déficit de la hormona del crecimiento. Ahora, está sometiéndose al mimo tratamiento que le hicieron al crack cuando era pequeño e, inclusive, la mitad del costo de las inyecciones que debe colocarse diariamente es financiado por la fundación del rosarino. Por eso, Ángel tiene un sueño: abrazar al futbolista.
El niño vive en Zonda con sus padres y hermanos tras el fallecimiento de su madre, quien murió de cáncer hace dos años. Nació en 2002 con sólo 7 meses de gestación y 1,400 kg de peso. Como consecuencia, pasó 57 días en una incubadora y debieron someterlo a varias operaciones.
Aquel bebé salió adelante, pero cuando comenzó la escuela notaron que tenía un retraso intelectual y más tarde le detectaron el problema que le impedía crecer.
“Él va a una escuela de educación especial y pasa la mayor parte del tiempo con la pelota. Juega al fútbol hasta cuando está solo y relata sus propios partidos. Siempre es Messi”, contó Inés, su hermana, quien está a su cargo.
A la vez relató que, todos los días después de las 9, su hermano debe colocarse una inyección muy costosa, tal como le sucedió al jugador durante su infancia. “Las inyecciones cuestan 75.000 pesos por mes. Gracias a Dios tenemos los costos cubiertos. La mitad es aportada por la obra social, debido a que él tiene una pensión por su discapacidad. Y la otra mitad está a cargo de la Fundación Leo Messi, que tiene un convenio con el Gobierno, según nos explicaron”.
Para terminar, Inés aseguró que “la vida de mi hermano no es fácil, pero es feliz y desde que inició el tratamiento creció 1 cm. Creemos que el hecho de poder darle ese abrazo a su máximo ídolo lo ayudaría a salir adelante”.

