Siempre están, no importa el lugar donde se corra. Su presencia en las rutas ya es una constante en cada competencia. Sus colores pintan la vera del camino. Ellos son la Agrupación Piquetera Virgen de Fátima, que en cada una de las etapas de la Vuelta a San Juan, han dejado bien en claro que los colores de la pasión por el ciclismo son el amarillo y el rojo.
La Agrupación que es dirigida por Carlos Gómez, ha demostrado que en las tres etapas que ha tenido la vuelta no improvisan y su ubicación en el trayecto del día es de forma ordenada y estratégica. "Nos juntamos al final de cada una de las etapas y planificamos de muy buena manera el lugar en el que nos pondremos con nuestros equipos al día siguiente. La intención es que no nos queden huecos sin cubrir", contó Ricardo Heredia, propietario del boliche Luna Morena y colaborador de la Agrupación.
En cada una de las etapas de la Vuelta de San Juan son aproximadamente 300 los piqueteros que entran en juego y que con su presencia ayudan a su equipo. La tarea principal de la que se ocupan, es el abastecimiento de sus corredores. En la primera etapa que se disputó en Pocito y en la segunda que se corrió en San Martín, por ser en circuito, se colocaron cada 2 kilómetros con sus ya conocidas banderas. Mientras que en la de ayer, al ser por ruta abierta la distancia fue mayor, pero igual sus colores y su pasión se vieron y se sintieron en toda la carrera.