El seleccionado argentino perdió 1 a 0 con su par de Portugal en un promocionado duelo entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo que no fue tal, ya que ambos salieron del campo al finalizar el primer tiempo luego de sendas modestas prestaciones, lo que envolvió de tedio a un partido al que el magnífico escenario de Old Trafford le quedó demasiado grande. El único gol de la noche fue obra de Raphael Guerreiro a los 45 minutos del segundo tiempo, luego de un desarrollo que no ameritó la victoria de ninguno de los dos equipos.
La imagen del público inglés haciendo la tradicional ‘ola‘ cuando promediaba el segundo tiempo, anticipo de una retirada masiva que sobrevendría poco después, fue el corolario de un partido que quiso despertar más expectativas de lo que evidentemente los protagonistas estaban dispuestos a arriesgar.
Así las cosas, hubo un atisbo de partido durante la media hora del primer tiempo, cuando Argentina hizo mejor las cosas y se pudo observar parte de la idea que Gerardo Martino pretende insuflarle al equipo, con presión alta, desmarcación y rotación, todo esto no exento de una bien intencionada posesión cuando no se le encuentra la vuelta al ataque.
Dentro de ese panorama. la prolijidad de Lucas Biglia y algunos chispazos de Javier Pastore, más las proyecciones de Cristian Ansaldi, fueron lo más destacado.
Pero conforme fueron pasando los minutos todo se fue emparejando y el final de la etapa dejaba abierto un interrogante para el segundo tiempo.
Pero este signo de pregunta se amplió más cuando Messi y Ronaldo se quedaron en los vestuarios, porque hasta sus compañeros parecieron sentir el impacto, algo que se fue agudizando con los numerosos cambios que se realizaron por ambos lados.
Volvió a entrar Carlos Tevez promediando la etapa como contra Croacia, pero al igual que en ese cotejo su producción fue escasa.
Y ahí se acabó el interés por el espectáculo, que ni siquiera fue tal en un ‘Teatro de los sueños‘ ocupado en la mitad de su capacidad. Pero cuando parecía que el 0 a 0 ofrecía el marco perfecto para una jornada demasiado amistosa, el ingresado Raphael Guerreiro rompió el pacto con un preciso cabezazo en soledad, tras un centro desde la derecha de otro relevo como Ricardo Quaresma, a la sazón reemplazante de Ronaldo en el arranque del segundo período, y así Argentina terminó el año con una mueca de amargura. Pero esto no se debió solamente a la derrota, sino a la forma en que se produjo, sin dejar demasiado para el análisis de este primer tramo de un proyecto que necesitará de mucho trabajo, El único saldo expuesto a favor fue el retorno de Carlos Tevez a la selección, que así como la utilidad de 10 días de convivencia, pueden ofrecer buenos frutos a futuro, porque en este presente no hubo otros resultados a la vista.