"No te des por vencido ni aún vencido’ rezan y repican sin saber los versos del poeta platense Almafuerte en cada paso que dan las chicas de Santa Bárbara de Chimbas, un club al que le falta de todo pero al que le sobra corazón para estar peleando el ascenso a la Primera División de la Liga Sanjuanina con apenas 3 de su fundación que se cumplirán el próximo lunes 20. Son almas fuertes, sin que ellas lo sepan y ese sentimiento de que nunca hay que darse por vencido se encarna en Teresa Carrizo que es además de presidente, arquera, gestora y la "Ma’ -como le dicen de las 48 chicas que hoy tiene el club enclavado en el corazón del populoso Barrio Rene Favaloro, en el noroeste de Chimbas, que por ahí es más conocido por otro tipo de noticias que por esto que hacen a puro pulmón en Santa Bárbara.

Empezaron con apenas 9 chicas y sin nada. Hoy llegaron a casi 50 jugadoras pero tampoco hay mucho. El espíritu, la tenacidad para sobreponerse a las adversidades, las han llevado a tener dos competencias paralelas (Liguilla de Chimbas y Liga Sanjuanina) con todo lo que implica eso: indumentaria, traslado, entrenamientos. Pero si no hay, se las arreglan y Teresa es quien cuenta cómo es ese milagro convertido en fútbol: "Empezamos sin nada. Con apenas 9 chicas y hace tres años tratando de ofrecer algo distinto en un ambiente complicado como lamentablemente es la zona. El intento fue sacar a las chicas de los peligros de la calle, de las drogas, de todo eso malo. Empezamos en mi casa y ahí se fue gestando algo muy lindo que creo que nos define: somos una familia. Acá, después de cada entrenamiento, las chicas se vienen a merendar a la casa todas juntas, siempre juntas. Cuando hay que ir a jugar, mi marido, mi cuñado y sus amigos nos ponen a disposición sus autos para ir. Siempre juntos. En familia. Hemos ido a jugar a departamentos varios amistosos y es lindo ver cómo las chicas luego de cada partido se juntan para comer siempre juntas. Yo creo que eso nos hace fuerte. En lo institucional, ya tenemos al salir la personería jurídica y eso nos permitirá acceder a otras cosas que hoy están lejanas para nosotras’.

Con ese dejo de lamento, Teresa se mete en un tema que le duele: el apoyo. "Desde el municipio recibimos un juego de camisetas y nada más. El que de verdad siempre está dándonos respaldo es el diputado Andrés Chanampa que nunca deja de pasar, de venir y sumar aunque sea con una pelota. No tenemos donde entrenar y ahora lo estamos haciendo en un baldío de la Villa Morrone. Le pusimos los arcos y se los robaron, las chicas corren entre las bolsas de nylon, los arbustos y con el piso aún marcado por los viejos bordos de lo que fue una finca en sus tiempos. Cuando arrancamos, limpiamos a balde y pala un terreno cercano a la Iglesia de San Cayetano pero luego nos dijeron que teníamos que alquilarlo para usarlo. Esas cosas duelen. La indiferencia, el desprecio. Pero seguimos adelante’.

ALMAS. Dicen que el alma se refleja en las sombras y las chicas de Santa Bárbara demuestran su grandeza inconmensurable para desafiar todos los contratiempos.

Hoy, Santa Bárbara de Chimbas está peleando por subir a la Primera A de la Liga Sanjuanina. Viene de ganarle a El Globo en la última fecha y la ilusión no se las quita nadie. Entrenan todas las tardes después de las 17 y en el plantel hay jugadoras de todas las edades: la mayor de 55 años y se dan el lujo de que una mamá con su hija (Valeria y Valentina Díaz) compartan plantel y partidos, sumando incluso hasta una chica de Chepes que se vino a jugar al club chimbero.

El esposo de Teresa, Sergio Ariel Lépez es el otro pilar en esta cruzada de pasión por el fútbol. Es técnico, preparador físico, chofer, utilero y lo que haga falta para sostener a su Santa Bárbara. Es el "Pa’ de todas las jugadoras y lo respetan. No piden nada pero les hace falta de todo. Les sobra corazón, capacidad de sacrificio y mucho amor propio para hacer historia sin que tal vez se estén dando cuenta.
 

 

DESPIECE

Un milagro

Poner en la cancha un equipo implica indumentaria, pelotas, traslado. Hoy apenas tiene cuatro pelotas, dos juegos de camisetas y un sponsor riojano de una FM y el respaldo permanente de Freninter. Demasiado poco como para sostener pero eso, en Santa Bárbara no afecta.