El entrenador Gustavo Alfaro se despidió ayer de Boca Juniors con una carta, una vía de agradecimiento a dirigentes, jugadores e hinchas que también ofició de repaso a su gestión con el dolor de la eliminación ante River en semifinales de la Copa Libertadores.
Parte del contenido de la carta expresa lo siguiente:
"Al pueblo de Boca.
Querido pueblo boquense, me dirijo a ustedes con motivo de la finalización de mi contrato con Boca Juniors. No es sencillo para mí escribir esta carta, de despedida, luego de un año vertiginoso, que pasó rápido, y me deja sensaciones ambiguas. Por un lado la sensación de habernos quedado a mitad de camino en un proceso, y por el otro, la gratitud inmensa de haber podido trabajar en un club único y diferente. No fue sencillo aquel 3 de enero ponerse al frente de un plantel que se encontraba con su orgullo dañado, pero dispuestos a ofrecer nuevamente su corazón, como lo marca su historia, pero también, como lo define un rasgo característico de este plantel, que es ponerle el pecho a cada desafío.
"Boca es Boca, siempre se regenerará su espíritu y aparecerán las respuestas"
Inmediatamente como empecé a transitar los pasillos del club y recorrer los distintos lugares, la pasión, la solidaridad, el orgullo y la pertenencia que define al hincha de Boca, empezó a manifestarse en toda su dimensión. Porque una cosa es saberlo, pero otra muy distinta es experimentarlo. Por eso quiero agradecer en primera medida a su presidente Daniel Angelici y a toda su Comisión Directiva, agradecerles por su acompañamiento y apoyo, a toda la gente que trabajó junto a nosotros en todo el proceso, desde los guardias de seguridad que te daban el buen día siempre con una sonrisa y una voz de aliento, los mates en la lavandería, los utileros, los empleados de la cocina (cracks verdaderos), los muchachos que cuidaban los campos tanto en Casa Amarilla como en Ezeiza, el cuerpo médico, toda gente de capacidad increíble, pero por sobre todas las cosas con calidez humana. Hicieron que todo el trabajo fuera sencillo.
Y un agradecimiento muy especial para Nicolás Budisso y a toda su Secretaría Técnica, por haber confiado en nosotros, porque a pesar de las dificultades que sabíamos que nos podíamos encontrar, decidimos recorrerlo juntos, pero por sobre todas las cosas, por su profesionalismo, su compromiso y dedicación. Por las interminables charlas de fútbol, donde volcábamos toda nuestra pasión e ilusiones. Por habernos integrado con el fútbol de Inferiores y habernos hecho parte de ellos, gracias a los técnicos de Reserva y de las categorías juveniles, por estar siempre dispuestos a cedernos los jóvenes talentos, para que los fuéramos conociendo y facilitar nuestro trabajo.
"El éxito es producto de un proceso, no compren las "verdades" que nos quieren vender"
Y por último a los jugadores, gracias por su compromiso y su dedicación, por sus ganas permanente de superarse. Como se los dije en muchas charlas, saben lo lindo que fue jugarme la vida, y mirar para el costado y verlos a ustedes, preparados y con la cara pintada en la trinchera, dispuestos a dar batalla.
Sólo me queda decirles GRACIAS, en nombre de todo mi cuerpo técnico. Muchas felicidades para este cierre de año y para lo que viene. Que se cumplan todos sus deseos.
Hasta Siempre. Gustavo Julio Alfaro".
- La eliminación de la Copa, uno de los ejes
Gustavo Alfaro, de 57 años, escribió varias carillas como motivo de la finalización de su contrato con Boca a raíz del cambio de autoridades que marcó la salida de Daniel Angelici y el ingreso de Jorge Ameal, acompañado del ídolo Juan Román Riquelme.
La eliminación de la Copa Libertadores, a manos de River, una vez más, fue uno de los ejes de sus anotaciones donde valoró el triunfo en La Bombonera, por 1 a 0, aunque fue en vano porque en la ida, el equipo de Marcelo Gallardo había ganado por 2 a 0.
"Nunca voy a olvidar, más allá del dolor, la noche del superclásico que ganamos y con el orgullo que recorrí esos metros desde el banco hasta el túnel, por la demostración de coraje que dieron los jugadores", apuntó Alfaro. El entrenador santafesino describió como "año vertiginoso" su paso por Boca y de "sensaciones ambiguas" por haber quedado "a mitad de camino" en su principal intento.