El futbolista brasileño Alan Ruschel, uno de los tres sobrevivientes del plantel de Chapecoense de la tragedia aérea sufrida hace tres semanas, avisó que hará ‘lo posible’ para volver al fútbol. “Haré de todo para volver a jugar al fútbol, con mucha paciencia (…).

Calculé tres meses para calcificar la columna y ya pasó uno. Dos meses más para fortalecer la musculatura. Estoy sólo en el comienzo”, vaticinó el lateral en una conferencia de prensa brindada en Chapecó. 

Lógicamente, las lágrimas lo asaltaron en el medio de sus explicaciones acerca de cómo sintió el momento cuando el avión de la areolínea boliviana Lamia se estrelló en su llegada a Medellín.

“No existen palabras para contar lo que estoy sintiendo. Es una mezcla grande de sentimientos: una alegría por estar aquí de nuevo (en el Arena Condá, estadio del Chapecoense), pero al mismo tiempo un luto por haber perdido tantos amigos”, contó.
Además, recordó que en el momento en que cayó el avión, Dios lo puso ‘en sus brazos’. “Por eso él no me llevó.

La única explicación es la de los milagros: el de estar vivo”, arrancó. Y detalló: “Antes de subir al avión, Cadu (uno de los directores del Chapecoense, que falleció) pidió que me sentara adelante.

Yo estaba sentado atrás. Al principio, no quise moverme. Pero ahí, Follmann (otro de los sobrevivientes) me insistió para que me sentase con él y fui. Esa es la parte que recuerdo”.

Finalmente, el jugador de 27 años se abrazó con sus seres queridos presentes y pidió ‘rezar por las almas’ de sus compañeros, dirigentes y periodistas fallecidos.