Desahogo. Pablo Alvarez grita con todo su primer gol en el triunfo contundente sobre Angola. Lo abrazan Gonzalo Romero y Lucas Ordoñez.

 

Hacer una buena ronda inicial es bueno. Pero más bueno es aparecer como equipo compacto y rendidor cuando empieza la segunda fase. Y la Selección Argentina hizo eso ayer ante Angola. Fue tan contundente su dominio que el rival quedó petrificado y ni siquiera le pudo hacer un gol, algo que aún la albiceleste no había podido conseguir en los tres partidos del certamen que afrontó.

Entonces todo significa que los muchachos del Negro Páez están por el buen camino.

Claro nadie puede negar que mañana, ante Francia, ocurra algún imponderable que cambie el desarrollo del partido pero si la Argentina repite lo que hizo ayer ante los africanos difícilmente los galos puedan ganarle, más allá que en un amistoso previo al Mundial supieron incomodar al combinado argentino.

Porque se necesita una verdadera potencia para vencer a este equipo. Que de por sí ayer mostró ser potencia en la actualidad.

No sólo el nivel de juego asociado sino la capacidad para cubrir espacios con una marca pegajosa le cerró todos los caminos al bueno de Angola.

Porque el africano es un equipo basado en sus ataques. Ya sea por dominio de bocha o por contragolpes. Argentina le cerró todos los caminos y eso fue un condicionante demasiado complicado para el rival, que nunca le encontró la vuelta al ritmo del choque.

La rotación que implementó el técnico Páez desde el mismo inicio del torneo otra vez apareció y dejó su marca.

Sólo el arquero Conti Acevedo y David Páez (resentido de una dolencia muscular) no entraron. El resto fue un ir y venir adentro de la cancha. Lejos de convertirse en algo negativo la regularidad que han logrado estos muchachos, pese a los cambios, es notable.

Por eso el equipo ha ido progresando a medida que fueron pasando los partidos. Nicolía, una vez que finalizó la ronda clasificatoria, había dicho: "Este equipo va a aparecer en todo su potencial cuando largue la fase final". Y estaba en lo cierto.

En cuartos, le sacó brillo a la chapa de candidato a estar el domingo en la definición en el coqueto Palau Blaugrana.

Claro que hoy tendrá que reafirmarlo. Porque enfrente tendrá a un peligroso rival como Francia. Que conoce bastante, sobre todo después de ese amistoso que jugaron previo al Mundial y que significó una cerrada victoria argentina por apenas un gol. Los hermanos Di Benedetto vienen funcionando a las mil maravillas y seguro hoy serán un problema. Igual este equipo argentino se ha ido haciendo camino al andar y cada vez se lo ve mejor para concretar su sueño que es llevarse el título para nuestro país. Quedan dos pasos, pero la clave será ir por el primero sabiendo que a los galos no se los puede subestimar.

Rotación
 

La idea del entrenador argentino, José Luis Páez, que sus diez dirigidos lleguen frescos a la recta final del Mundial se cumplió. Es así, que en la previa a disputar la semifinal de hoy ante Francia ya vieron acción todos los hockistas que llegaron a España. Desde hoy esa estrategia puede ser clave buscando el título.

Claves

Dominio

Gran primer tiempo del equipo argentino. Con un juego equilibrado y con mucha concentración tanto en defensa como en ataque. Angola se vio completamente sorprendido y no pudo detener el vendaval de ataques de la Albiceleste. Nada de lo que intentó le dio buenos resultados en ese sentido.

Definición

El 3-0 del primer tiempo le sirvió al equipo argentino para entrar tranquilo en el complemento. Por eso, cuando todavía no se cumplían los dos minutos aumentó la diferencia. Ese gol terminó por matar las ilusiones de los angoleños y de ahí en adelante el encuentro se desinfló casi por completo.

Agonía

Promediando el segundo tiempo y con Argentina con dos goles más sólo era cuestión de esperar el final. Es que el equipo Albiceleste se floreaba pero seguía buscando goles y Angola casi que se entregó porque nunca pudo romper el cerco defensivo del rival. Un choque casi sin equivalencias.