Las urgencias había que calmarlas y Desamparados lo hizo. Sufrió pero reventó de alegría al final cuando llegaron los goles. No era para menos, ganó luego de cuatro fechas en la que sólo había sumado un punto y encima lo hizo ante Atlanta, rival directo en su lucha por la permanencia.
Fue 2-0 con goles de enorme factura, porque con zapatazos de Augusto Alvarez y Jonathan Artura, ambos 35 metros, le devolvieron la ilusión a un Sportivo que va en ascenso, que hasta tres cuartos de cancha superó notablemente al Bohemio, que sacó la diferencia con la gran pegada que tiene, pero que chocó contra sus limitaciones ofensivas que aun debe corregir, porque tardó una eternidad para cerrarlo pese a que siempre fue más. No obstante ganó, cortó la malaria y salió de la zona de promoción.
El crecimiento que tuvo el lunes pasado ante Gimnasia (1-1) mantuvo bases. Porque volvió a repetir un buen desempeño, fue dejando sin opciones a Atlanta, le quitó la pelota y mantuvo el orden. Pero también repitió la falta de profundidad, no concretar lo que generó y tener poco peso ofensivo. Por eso sudó demasiado en un encuentro en el que tuvo todo para ganarlo porque tuvieron que pasar 75 minutos para convertir.
Claro, de la misma manera que ante Gimnasia, probando de afuera del área porque Alvarez la colgó del ángulo con su tiro libre. Y Artura, cómo hace una semana atrás, metió otra zapatazo de 35 metros a falta de 5’ para el final, para demostrar que es un especialista.
Triunfo que vale 6 puntos, pero que va más allá se eso, porque Sportivo lo necesitaba para mantenerse erguido, y otro traspié hubiese significado un sofocón que algún nombre se hubiese llevado.
Desde el pitazo inicial fue el actor principal. Presionando en la mitad de la cancha, ganando y tocando por abajo. Atlanta tuvo la primera opción a los 3’ con el frentazo de Abel Soriano. Pero fue una simple ilusión óptica de un equipo que también viene de ascender, y que se vio superado por Desamparados.
El resto fue todo puyutano, en un primer parcial en el que tuvo todo para desnivelar, pero que se diluyeron por los desaciertos. Cavallo cabeceó y Llinás voló para sacarla. Luego, sobre los 18’, Cavallo asistió a Cuevas, pero cuando sacó el remate cruzado Arce lo obstruyó. Las sociedades ofensivas no podían terminar la jugada, esa explosión fue decayendo y Atlanta armó un escudo ofensivo. Incluso sobre el final Cuevas metió una ‘medio chilena’.
Signo que bajo el arco visitante se creó, pero se falló siempre en la definición.
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El segundo tiempo llegaron los cambios y estos trajeron los goles. Primero ingresó Reinoso para tener un 9 de área y en la primera que tuvo el mendocino exigió al arquero Llinás. Luego Cuevas perdió un mano a mano. Bonetto metió a Artura y Alvarez por la falta de profundidad y remates de larga distancia. Y el DT acertó.
A los 30’, Alvarez sorprendió al arquero Llinás que esperaba el centro. Y 10’, después Artura le puso tiza a su botín y la “clavó” al ángulo. Todo lo que no hizo dentro del área, lo concretó pegándole de afuera para ganar y abrazarse a la ilusión.

