Hubo una reunión cumbre en Cardales entre los popes del fútbol profesional argentino y tras ella quedó una certeza por demás novedosa: La Superliga dejará de existir y nacerá la Liga Profesional de Clubes (LPC). Además, en la cumbre se terminaron de acomodar las piezas para que Claudio "Chiqui" Tapia, el anfitrión de la reunión sea reelegido como presidente de la AFA. Se repartieron los puestos del próximo Comité Ejecutivo y se apresuró la fecha de unas elecciones que tendrán lista única.
No se habló de la abolición de los promedios, pero sí se empezó a tantear la posibilidad de que haya sólo dos descensos al final de esta temporada. Ese es el único punto en discordia, ya que algunos desean continuar con el plan inicial de llegar a los 22 equipos. Tapia tuvo como mano derecha a Marcelo Achile, presidente de Defensores de Belgrano y quien suele organizar la tropa dirigencial en las categorías del ascenso.
Tinelli asoma como el próximo presidente de la Liga Profesional de Clubes, la estructura que reemplazará a la Superliga pero que funcionará bajo el cobijo y el control de la casa de la calle Viamonte 1366. Spinosa, expresidente de Banfield, funcionó como uno de los grandes articuladores para que Tapia y Tinelli limaran viejas asperezas y trabajaran en conjunto para este nuevo orden que se avecina. Y será, en su rol de CEO, quien se encargará del día a día del manejo de la Liga Profesional. Los dos hombres de la TV del grupo, Tinelli y Mario Pergolini, serán quienes se encarguen de renegociar los contratos con quienes tienen los derechos de transmisión en Argentina y quienes tomarán la posta en la licitación de los derechos para el exterior.
El gran ausente en la imagen es River. En Cardales no estuvo Rodolfo D"Onofrio ni ninguno de sus laderos. Sin embargo, ayer el mandamás millonario mantuvo una secreta reunión con el presidente de la AFA. No trascendió el contenido de la charla, pero la idea de Tapia es sumar a D"Onofrio con quien la relación mejoró sustancialmente en los últimos tiempos. El vínculo estaba roto cuando el hombre de Barracas Central, con Angelici como aliado, tomó las riendas de la casa matriz de la pelota y dejó de lado al club de Núñez en el armado del Comité Ejecutivo. Los cambios de aires políticos, ya sin Mauricio Macri en el gobierno y sin Angelici en Boca, ayudaron para que el vínculo sanara.