El colombiano Rueda, DT de Chile, se preocupó por el estado del campo, demasiado blando por las lluvias.

 

Desde anteayer cuando arribaron a la ciudad de Porto Alegre los chilenos sumaron un rosario de quejas. Primero, no les gustó el hotel donde los alojaron y decidieron cambiarse. Segundo, antes de saber que podía ocurrir, aunque estuviesen pronosticadas lluvias, que finalmente sucedieron ayer, el entrenador colombiano de la Roja, Reinaldo Rueda, protestó por el estado del campo del SECS Protásio Alves, lugar de entrenamiento asignado en Porto Alegre. 

Esto se suma a otros inconvenientes que ha tenido la selección de Chile en Brasil, en materia logística: primero, líos en el hotel y en el centro de entrenamiento en Río de Janeiro, donde practicaron a media luz, y el operativo de llegada al Arena Corinthians de Sao Paulo, adonde el plantel trasandino arribó con retraso obligando a iniciar el duelo con Colombia 20 minutos más tarde.

Entre medio de todos esos inconvenientes el equipo prepara el partido contra Perú sin mayores problemas físicos y con un elevado optimismo luego de haber sobrevivido, por penales, la ronda de cuartos ante su similar de Colombia.