Buenos Aires.- El 30 de marzo del 2014, Ramiro Funes Mori aprovechó una mala salida de Orión, se impuso a todos en el área -tras un córner que no fue- y metió un frentazo cruzado que lo metió para siempre en la historia grande de los Superclásicos: aquel 2-1 ante Boca le permitió a River ganar después de diez años sin triunfos en la Bombonera.

Era la fecha 10 del Torneo Final 2014. El equipo de Ramón Díaz llegaba con aspiraciones de prenderse definitivamente en la lucha por el título pero con una cuenta pendiente: ganar en condición de visitante. Para Para los de Bianchi, era la última chance de continuar en la discusión por el campeonato. Lanzini fue el encargado de despertar la ilusión de los hinchas de River, antes de que un tiro libre perfectamente ejecutado por Riquelme le pusiera paridad al marcador para tranquilidad del público Xeneize.

Las protestas de los xeneizes por el tiro de esquina que no fue, desató la burlas de los Millonarios que hoy, dos años después, lo recuerdan en las redes.