Los penales son lotería pero tienen sus secretos y después de tanta entrega, de tanto corazón, cuesta entender que algunos remates sean tan displicentes como para convertir en figura al arquero visitante. Así terminó Unión la noche del sábado en el Federal A: eliminado y por penales 4 a 3, tras ganar los 90’ por 1 a 0. La historia se terminó en esta temporada debut para el Azul en el Federal A pero a su gente le quedó ese sabor amargo porque había equipo para más. Al cabo de los 90’ de juego, Unión siempre fue el que más propuso, utilizando todo el repertorio que tenía a mano. Primero, con mucha intención de jugar abajo, corto y en velocidad y después, metiendo toda la artillería pesada como para revertir ese 1-2 de la ida en Mendoza. En el primer tiempo, jugó mejor con la pelota pero fue perdiendo peso ofensivo en esa idea de jugar asociado siempre. En el complemento, cuando debía apostar el resto, se la jugó con tres puntas, dos extremos y todo el ímpetu. A los 18’ encontró el gol con un cabezazo de Ezequiel Gaviglio y después gozó de un par de chances en los pies de Sacripanti que podrían haber terminado con la clasificación en el bolsillo. En el descuento, cuando ya era desesperación, el arbitro cordobés Echavarría no sancionó un penal clarísimo sobre Gaviglio que pudo haber cambiado la definición. Llegaron los penales y Alasia, el arquero de Gimnasia, adivinó los remates de Sacripanti, de Ariel Sánchez y finalmente de Pablo Rudisi. Lucero, el arquero sanjuanino, había sostenido la ilusión conteniéndole los remates a Pereyra y a Sergio Oga. Pero no alcanzó. Ni las atajadas de Lucero ni todo lo que Unión propuso a lo largo de los 90’. Mereció tal vez algo más pero en el fútbol, no se gana con merecimientos, se gana con goles.