Fue la tarde soñada para San Martín y con el 3-0 sobre Ferro logró el ascenso a Primera División. Ante su gente y con un estadio colmado y que nunca dejó de alentar. En la última fecha el Verdinegro cumplió con su misión jugando uno de los mejores partidos del semestre, justo cuando venía torcido futbolísticamente. Ayer, San Martín volvió a ser San Martín y ganó una verdadera final. Lo hizo con autoridad y superando ampliamente a su rival.
Dominio, panorama, profundidad, velocidad, presión y un convencimiento total marcaron todo el encuentro, que desde el mismo inicio fue favorable a San Martín. Empezó ganando a los 6’ con el tanto de Ramiro López y eso le simplificó todo. Se sacó la presión y el nerviosismo de entrada y pudo hacer su juego. Volvió a triunfar y a convertir tras 5 partidos.
La solvencia en el fondo fue amplia, sin fisuras. En el medio recuperó con autoridad y le dio salida clara al juego. Y arriba la velocidad de Marcos Figueroa fue el arma letal del Verdinegro. Todo un cóctel perfecto, para una tarde que terminó siendo ideal.
San Martín salió decidido y a los 3’ López reventó el travesaño con su cabezazo. Y la revancha le cayó sobre los 6’, cuando Figueroa encaró con pelota dominado, dejó en ridículo a Páez y metió el centro para el frentazo de López que abrió la tarde en Concepción con el 1-0.
Lo que vino después fue un convencimiento que el partido estaba a pedir del local. Ganó las segundas pelotas, fue profundo y desnudó falencias en Ferro. Que tuvieron el segundo premio sobre los 21’, tras la habilitación precisa de Alaniz para dejar mano a mano a Figueroa, quien definió cruzado y el estadio estalló.
Ferró sólo insinuó con centros por la altura de sus jugadores, pero al no tener peligro la gente ya empezó a cantar y a celebrar el ascenso. Más cuando en el complemento el Verdinegro siguió dominando y ahogando a Ferro. Ingresó Carlos Bueno y en la primera casi anotó el tercero, pero lo cerró Milano definiendo cruzado a los 23’, para después festejar el ascenso y el regreso a Primera.
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