Corrió con el brazo y la pierna izquierda vendadas y si bien su objetivo para ayer era tratar de mantener la malla de líder haciendo el menor esfuerzo posible, mientras se curan sus heridas, Gerardo Fernández, no pudo con su genio y en el albor de la etapa, cuando se transitaba camino a San Martín, pegó un pique tanteando al resto.

"No fue tan de transición, porque se anduvo a muy buen ritmo". Lo que sí puede decirse es que se vino más tranquilo porque los hombres que se habían escapado estaban lejos en la clasificación general y porque entre ellos estaba su compañero Calixto Bello, a la postre ganador de la etapa.

"En un par de ocasiones metimos hombres en fuga que podían modificar la general y le transferimos la preocupación de la carrera al equipo de la Agrupación", explicó quien sigue comandado la prueba con dos segundos sobre Javier Páez y Emanuel Saldaño.

Cuando se lo consultó como se viajaba dentro del pelotón, Gerardo contó que en un momento dado charlaron con Ricardo Escuela y Mauro Richeze y decidieron "dejar una etapa atrás" y apostar a las piernas del cubano. "Sabíamos que de los que venían arriba Calixto tenía muchas chances de ganar y no nos defraudo, demostró que es un gran ciclista y que está creciendo día a día".

Finalmente, luego de firmar la planilla con un estado de ánimo totalmente opuesto al del domingo, el líder de la general, sentenció: "No hay nada definido, aún queda mucho por correr".