Atento. Simpático. Educado. Extrovertido. Sin pelos en la lengua. Así es el mendocino Lucas Martínez, el delantero goleador de Petroleros de su provincia, que en el torneo +Legislatura Provincial+ de hockey sobre patines (que hoy termina) jugó para Social San Juan. Y que tiene chances de seguir en esta temporada en el club Decano si no llega a un arreglo con su institución en Mendoza.
-¿Por qué decís que te gusta jugar en San Juan?
-Al hockey me gusta jugar en todos lados. Pero que me reconozcan en San Juan, donde el hockey lo es todo, es un orgullo. Cuando me llaman de Social, donde gané un título con mi hermano (Julián), es gratificante. Siempre nos tienen en cuenta. Nos tratan como si fuéramos del club toda la vida.
-Pero en Petroleros el año pasado ganaste todo…
-Es cierto, tuvimos un año espectacular. Ganamos en la misma temporada la Liga Nacional, el Campeonato Argentino y el Sudamericano, algo que ningún otro equipo argentino pudo hacer. Y, no es poco. Más porque en ese club me crié. Somos todos amigos incluyendo al mismo técnico (Víctor Bazán), pero en el club las cosas no andan del todo bien. Si nos tenemos que separar, será doloroso.
-¿Fue una revancha para vos después de quedar afuera de la Selección para el Mundial de Angola?
-Fue más bien un desahogo. Ya había estado dos veces antes en la Preselección pero esas veces sentí que todavía no estaba para quedar en el equipo definitivo. Pero el año pasado fue distinto. Estaba en mi mejor nivel y me dolió mucho quedar afuera. Entonces, cuando después lográs todos los títulos y te premian como el mejor jugador, como el goleador, te duele no haber quedado. Sin bardear a nadie, me dolió el hecho de sentir que tenía todo, que era mi año y que no era ni más ni menos que nadie. Por eso el golpe fue mucho más grande. Pero ya pasó.
-¿Todavía no arreglaste para seguir en Petroleros?
-No, eso tiene que pasar la otra semana. El martes que viene es como el límite. La palabra la tiene Petroleros.
-¿Además del hockey, qué otro deporte te gusta?
-Todos. Me gusta jugar a cualquier cosa. Al fútbol, al voley, al básquetbol. Siento que siempre tengo que estar moviéndome.
-¿Hacés otra cosa?
-Estudio Licenciatura en Biología. Si todo va bien, me faltan unos dos años. Por eso es que todo se me complica si tengo que ir a jugar a otro lado. Porque estando en Mendoza la llevo bien. Además, desde hace un tiempo tengo una empresa de pymes. Eso implica un gran esfuerzo porque no lo podría atender como se debe.
-¿Jugaste en Europa alguna vez?
-Sí, fuí cuatro veces. Jugué en el Viareggio y en el Lodi, de Italia, también en Francia, y la última en el Alcoy de España. Me fue bien, aunque tuve una mala experiencia en el 2009, en Francia, cuando me accidenté.
-Me corté feo al chocar con una puerta de vidrio. Me lastimé la pierna, el brazo y hasta la cara. Fue peligroso pero salí adelante después de un tiempo. Es más, pasaron tres meses y ya estaba jugando acá.
-Si está (risas)… Recibí una propuesta del Liceo de España, pero todo se cayó porque en ese club hubo un recorte económico, entonces no daba para que ellos llevaran otro refuerzo (ahí juega Lucas Ordoñez).
-Todo. Es mi locura, mi pasión, en realidad mi vida. Desde chico le dediqué todo.
-Si es relacionado con el hockey, tiene que ser algo distinto. Como manager. Pero técnico no sería. No me llama la atención. El futuro lo tengo planificado. La idea es darle valor a lo que estudio y no ser sólo un profesor de Biología. Además, meterle fichas a la empresa que te dije. Pero prefiero no hablar de tan adelante. Quiero aprovechar mucho mis años como jugador.

