-¿Siempre vinculada con el hockey?
-Sí, terminé lo que fue la etapa de la Selección pero sigo jugando en Universidad. El hockey sigue siendo muy importante en mi vida. Ahora he sido mamá y las prioridades son otras. Tengo este local de venta de ropas ("Lo pasado pisado") junto a una amiga, y tengo una finca de viñedos, pero igual me doy tiempo para todo.
-¿En qué te cambió el rol de madre?
-Mi hija me dio vuelta la vida. El sentimiento que tengo por ella no lo tengo por nadie. Es lo más lindo que me pudo pasar en la vida. Siento que pasé a otra etapa de mí, antes el hockey era mi prioridad y ahora no. Creo que si tengo un viaje la pienso: o me la llevo o no voy. Delfina, con 8 meses de vida, ya tiene dos viajes, pobrecita. Y para mí es un estrés viajar con ella, es como que la desacomodás de su rutina. Es la "mascotita" que tenemos en el equipo (sonríe).
-Si bien es chiquita, cuando aprenda a caminar, ¿el regalo es un stick?
-Ya lo tiene (risas). Tiene un stick chiquito así que muero por verla con pollerita, canilleras y botines en la cancha. Me encantaría. Ojalá que le guste el hockey.
-Te casaste con una persona (NdR: José Manuel Ruperto Godoy) muy vinculada a la política, ¿cómo te llevas con ese tema?
-No tan bien, porque no me gusta la política. Pero bueno, lo apoyo porque es lo que a él le gusta. Trato de acompañarlo como él me apoya en todo lo que yo hago. A él le gusta la política porque es lo que ha mamado en su casa y espero que pueda hacer una gran carrera.
-¿Entonces discusiones de política no hay?
-No. No porque no me interese, sino porque no me gusta. Él seguro se ha criado leyendo diarios y revistas de política y yo no, entonces como que tratamos de evitar esas conversaciones. Sí viene y me cuenta sus proyectos, pero tampoco me meto mucho en ese tema.
-Cuando viene alguien a tu local, ¿te identifican o pasas desapercibida?
-Sí, hay algunos que me dicen "te veo cara conocida’ y después me dicen "ah, vos sos la jugadora de hockey’, igual son muy pocos los que lo hacen. Ya pasó mi ciclo en la Selección por eso creo que ya no hay fama. Por ahí estoy en el club y van nenas chiquitas a pedirme autógrafos. Es gratificante que te reconozcan o te pidan que le contés algo.
-De tu paso por la Selección, ¿qué podes decir?
-Fue algo súper importante. Es lo máximo a lo que podés aspirar y siendo de acá del interior era difícil. Era como abrir una puerta para que gente de San Juan se metiera en ese mundo. Fue sacrificado porque yo iba y venía, era viaje tras viaje porque también seguía jugando acá. Fue una etapa increíble que no me olvido más.
-¿Qué te faltó para seguir?
-Yo nunca jugué en la Selección como yo sabía jugar. Allá te hacen sentir mucho la división entre "las de Buenos Aires y las del Interior", y yo en eso era muy débil de la cabeza. Podría haber llegado mucho más lejos si me hubiese relajado. Fue como que nunca me pude soltar, tenía inseguridad en mí.
-La última, ¿cómo sos de ama de casa?
-Me encanta estar en mi casa, limpio yo porque no tengo a nadie que me ayude. También cocino. Creo que soy buena ama de casa o por lo menos me defiendo (risas). Igual tengo la ayuda de mi mamá que por ahí cuando no me dan los tiempos trae comidita de su casa a la mía. En síntesis, creo que me las arreglo bastante bien.

