Bruno Marioni es automovilista, pero todo el mundo lo relaciona con el fútbol. Este fin de semana pasó por San Juan, participando en la monomarca Fiat Línea, de la que es el actual subcampeón luego de su gran primer año. Pero su pinta lo delata. Todavía le quedan respuestas y posiciones futboleras. Hasta la pinta es la del jugador que sale de las duchas para dar respuestas. Jugó al fútbol desde el año 1995 hasta el 2009. Fueron quince años. Pasó por muchos equipos. En la Argentina, debutó en Newell’s, pero también jugó en Estudiantes, Independiente y Boca. Inclusive fue campeón de la Copa Libertadores con el Xeneize. También pasó por el fútbol español, por el portugués, por el colombiano y se retiró en el mexicano. Cuenta que es hincha del Leproso rosarino pero admira a Independiente. Es entrerriano. De Paraná. Pero su vida está inmersa en la velocidad. Tiene 35 años, pero el 15 del mes que viene ya cumplirá uno más.

– ¿Cómo es esto de mezclar fútbol con automovilismo?

– Para mí es fantástico. Pude disfrutar muchos años del fútbol, y ahora me toca hacerlo con el automovilismo. Siempre fui una persona pasional.

– ¿Y son distintas pasiones?

– Sí, son distintas pero las dos manejan mucha adrenalina. También concentración. Y la popularidad también. Al público que le gusta el fútbol, normalmente también le gusta el automovilismo.

– Cuando jugabas al fútbol, ¿ya te picaba el automovilismo?

– Veía las carreras y analizaba todo. Además, soy concuñado de Leonel Pernía y por eso estuve siempre cerca del automovilismo. A la familia Pernía siempre le apasionaron los fierros. Vicente (el papá de Leonel y también de Mariano, el que juega actualmente en Tigre) jugó en Boca y también corrió en Turismo Carretera. Y bueno, ahora que dejé el fútbol, me acerqué un poquito más a manejar.

– ¿Esta categoría es el techo que tenés?

– Ojalá que no lo sea. Espero que este mismo año pueda probar en otra. Podría ser en el Turismo Nacional, en la Clase 2 o en la 3.

– ¿Con eso estarías hecho?

– No, porque si me decís que elija una categoría para correr, digo esta, la del TC 2000. Todo es muy parejo.

– ¿El fútbol ya quedó en el recuerdo?

– No, no, sigo vinculado. En la representación de jugadores, sobre todo el México. Así que el vínculo con el fútbol sigue adelante.

– ¿Tenés algún referente en el automovilismo?

– Mi concuñado Lionel Pernía. Estoy siempre cerca de él, lo sigo porque es un gran piloto.

– Y hoy ¿qué te pasó que te diste un palo y no terminaste?

– En la segunda vuelta, saliendo de la horquilla, subí a la recta, erré un cambio y ahí perdí dos posiciones porque detrás mío venían chupados. Quedé cuarto. En la próxima vuelta intenté pasar en el rulo y en la salida le pegué al paredón. Y chau todo.