-¿Qué experiencia te quedó del Mundial?

-Una experiencia increíble. El viaje fue espectacular en todo sentido. En lo deportivo me fue bien (consiguió un 14to puesto en la posta de 4×100 libres y un 25to puesto en 200 espalda). Cumplí con mis expectativas, era lo que me esperaba. -Con el idioma, ¿cómo te manejaste?

-En Dubai hablan árabe y también un poco de inglés y por eso zafé. Yo no soy un experto con el inglés pero me defiendo. No fue tan complicado adaptarme.

-¿El clima fue lo más complicado?

-Sí, sin dudas. El calor era insoportable. Lo malo es que en Dubai no pudimos nadar. El último día del Mundial que teníamos la jornada libre, fuimos a conocer el mar, nos metimos y por poco nos quemamos (risas). Cómo será que la sal flotaba en el mar. Es impresionante.

-Si no hubiese sido la natación, ¿te imaginas en otro deporte?

-No creo. Mi viejo es nadador y de chiquito, a los 5 años, me metió en la pileta y de ahí que le agarramos el gustito con mi hermano Valentín. A los 6, comenzamos a competir provincialmente y a los 12 nos federamos a nivel nacional y desde ahí que participamos en torneos nacionales e internacionales, hasta ahora que llegamos a un Mundial. Mi hermano iba antes a hockey sobre patines, yo lo veía pero nunca me prendí en ese deporte. Sí me gustan todos los deportes.

-¿Cómo es tu relación con Valentín?

-Excelente. Tenemos muy buen trato y eso influye mucho a la hora de ir a entrenar. Hacemos casi todo juntos, vamos a la Facultad juntos (estudian Educación Física). Tenemos casi el mismo grupo de amigos y eso te motiva psicológicamente también. Mi hermano es mi modelo a seguir.

-¿Alguna anécdota?

-En el Nacional de San Jorge, en Santa Fe, corrimos junto a mi hermano y como éramos muy chiquitos y teníamos muchísimo frío, entonces le dijimos a mi papá: "Nos largamos para la foto nada más", era imposible nadar bien. Hasta el día de hoy mi papá se acuerda y nos carga.

-¿El mejor recuerdo?

-Un Argentino que era selectivo para el Sudamericano y me tocó correr al lado de mi hermano, en 200 metros espalda. Él iba por el andarivel 4 y yo por el 5. Al final Valentín entró primero y yo segundo, así que esa fue la mejor carrera y la más emotiva.

-¿Y un fracaso?

-No le doy mucha importancia a los fracasos ni a las derrotas, siempre pienso positivamente y en lo que sigue. Mi viejo siempre me aconsejó en eso, si te fue mal, ya tendrás revancha.

-¿Un sueño que tengas?

-Llegar a los Juegos Olímpicos. Hay mucho por corregir, tenemos que seguir bajando segundos que son los que nos faltan para llegar a la marca clasificatoria. Si no es para "Río 2016", trataremos de que sea "Madrid 2020".