El seleccionado argentino de rugby quedó a las puertas de un nuevo golpe, al caer ajustadamente ante Inglaterra por 13-9, en el debut del Mundial que se juega en Nueva Zelanda.
Los Pumas no supieron aprovechar las oportunidades que generaron y lo terminaron pagando caro. A pesar de haber mostrado un gran nivel en defensa, dejaron a la vista el déficit en ataque.
El partido se resolvió en favor del seleccionado de “La Rosa” recién en los últimos minutos, cuando el esfuerzo y la mala puntería les pasaron factura a los argentinos, que al descanso llegaron con una diferencia a favor de 6 a 3.
Los Pumas tuvieron oportunidades claras y concretas de sacar una ventaja que les permitiera afrontar más cómodos el cierre, pero no fueron certeros a la hora de patear a los postes: Martín Rodríguez Gurruchaga erró cinco penales (uno de ellos hubiese resultado el 12-3 a los 16m del segundo tiempo, un golpe anímico tal vez decisivo para ambos) y Contepomi uno más. Y también desaprovecharon la poco habitual ineficacia de Jonny Wilkinson, quien también erró cinco penales.
Argentina, que salió con ánimo de repetir la hazaña del Mundial de Francia 2007 (cuando le ganó al anfitrión en el debut), apostó a un juego físico, trabado y de fricción constante. Así logró posesión de pelota, terreno y dominio psicológico, manifestado en el nerviosismo de los británicos, que por momentos jugaron al límite del reglamento y esto quedó demostrado en la gran cantidad de penales que cometieron.
Pero la apuesta de salir a jugar a todo o nada resultó demasiado cara para Los Pumas: primero debió salir Contepomi (entró Marcelo Bosch y Santiago Fernández pasó a jugar como apertura); y luego Tiesi (entró Juan Imhoff de wing, Horacio Agulla se corrió al puesto de fullback y Rodríguez Gurruchaga fue de centro).
Hubo una gran tarea de los forwards argentinos, que sostuvieron al equipo. Pero faltó traducir el dominio en puntos y por eso se terminó pagando con el triunfo. Ahora se vendrá Rumania, Los Pumas están obligados a ganar y si es con bonus, mejor.

