El director técnico de Boca, Rodolfo Arruabarrena, opinó ayer, en relación con los lamentables hechos que determinaron la interrupción del clásico frente a River, que “el partido se debió haber suspendido de inmediato” y que se “tardó bastante” con la decisión de no continuar. “Lo importante era ser solidario con los jugadores de River -señaló-. Daniel (por el presidente Angelici) ha hablado con D’Onofrio (el titular de River). En el campo hubo mucha confusión. Acá sigue ganando la gente que no quiere que el fútbol mejore. Estamos en una situación que nos tiene que servir para mejorar en todo sentido”, remarcó.
El entrenador, luego agregó: “Boca es en club que siempre ha tenido como anhelo que la familia vaya al estadio y lo que estamos haciendo es ahuyentarla. Siento mucha vergüenza. Era lógico que al ser agredidos cuatro jugadores de River la suspensión tenía que aparecer”. “Después de charlar con Darío (por el árbitro Herrera) yo hablo con (el entrenador de River, Marcelo) Gallardo, él me contó lo sucedido. Le dije al árbitro que si tenía que suspender el partido lo suspendiera -relató-. Es verdad que él quería continuar, la Conmebol también quería continuar. Lo más sensato era que se suspendiese”. En conferencia de prensa, Arruabarrena admitió haberse “ofuscado mucho con D’Onofrio, que apareció en el campo de juego y trajo más confusión a la confusión que había. Darío quería jugar, la Policía daba la seguridad, pero era claro que el partido tendría que haberse suspendido de inmediato”.

