Terminó el partido de Valenciano con UVT y a él se lo vio tan contento como a cualquier jugador del equipo de La Barraca después del triunfo. David Páez estaba ahí. Fuera de la cancha. Con su esposa Noelia y su hijito Nicolás. Pero acompañando a los muchachos dirigidos por el Negro Otiñano, con quienes compartió el fin de la temporada pasada. Disfrutando el estar en familia y pensando en el viaje de dos días después. A Alemania, donde está jugando en un equipo que participa en la Liga de Suiza
-¿Viajando como siempre?
-¿Viste? No pierdo la costumbre (risas). Bueno, esto de jugar en un equipo alemán se dio como últimamente se me han dado todas las cosas. Por una cuestión de amistad. Te cuento: en enero me hablaron para ir sólo de refuerzo al principio al Friedlingen de Alemania, que es un equipo que participa en la Liga de Suiza, porque está en la zona pegada a Basilea. El presidente, Roger, es un gran amigo y me pidió que le diera una mano. Fuimos con el Chula (Fabricio Marimont) y ellos se quedaron encantados.
-¿Por eso volviste?
-Es que después Roger me dijo que nos necesitaban para llegar a la definición del torneo. Fue una decisión complicada. Por la familia, especialmente. No te puedo negar que en el plano económico es favorable pero tenía que dejar a mi esposa y mi hijo. Por eso arreglé un contrato especial: cada 15 días me dan boletos en avión para que venga a San Juan.
-¿Y eso lo hacés siempre?
-Hasta ahora sí. Pero el lunes (por hoy) me voy por algunos días más. Hasta mayo. Es que se viene la definición y nosotros estamos bien. Hay un solo rival que preocupa: El Geneve, donde juegan cinco portugueses. Si todo va bien, estaremos definiendo la Liga con ellos. Y además estamos en la Copa Ser, que es como la Champions en el fútbol.
-Y en ese nivel, ¿no te estás estancando?
-Es más competitivo de lo que muchos se lo imaginan. Sí, ya sé, no se lo puede comparar con España, con Italia o con Portugal. Ni tampoco con el de San Juan. Pero está ahí cerca. En países como Francia, Suiza y Alemania se han preocupado en avanzar y han contratado muchos jugadores de los países que te dije al principio.
-¿No vas a volver a jugar en San Juan?
-Sí, voy a volver. Por ahora a Roger no le podía fallar. Es una persona maravillosa, un gran amigo y en ningún momento se habló de algo que dure años. Voy a volver a jugar en Valenciano. Seguramente desde julio. Ahí también siempre me han tratado bien. Es un gran grupo.
-¿Y la Selección argentina?
-Y no sé, pero no descarto que pueda volver. Tienen que darse una serie de condiciones. Primero que me convoquen y, después, que yo esté pleno en lo físico. Tengo 36 años y ya no es lo mismo que antes. Sufro mucho por las lesiones. Por ejemplo, durante el Mundial pasado me tuvieron mal los aductores. Por eso digo, si me llaman y me da el físico, no descarto volver a la selección.
-¿Te dura la amargura del último Mundial?
-Por supuesto. Dolió mucho perder el título en San Juan. Era una buena oportunidad de recuperarlo.
-¿Guardás resentimientos?
-De ninguna manera. Todos hicimos lo que pudimos y no se dio. A esta altura, buscar responsables no sirve. Todo eso forma parte del pasado. Hay que pensar en qué nos equivocamos y darle para adelante. El hockey sigue, como la vida.

