Lanús llegó antenoche a nuestra provincia para esperar el juego ante San Martín y ayer por la tarde practicó de forma liviana en el Estadio del Bicentenario. Después del ensayo, el arquero, Agustín Marchesín, marcó el mal estado de la cancha como la mayor dificultad para su equipo en el choque ante el Verdinegro.

“El estado de la cancha de San Martín va a ser un punto que juegue en nuestra contra. Vimos en el partido ante Tigre que el césped estaba malo”, expresó el uno y además agregó que “esto (sobre el estado del campo) nos complica mucho a nosotros por nuestra manera de jugar, que es de mucha tenencia de la pelota y a un toque, sobre todo en el mediocampo. Justamente la zona en que peor está la cancha por lo que vimos”.

El arquero que visita por segunda vez San Juan (la primera vez fue en marzo en la inauguración del Bicentenario con la Selección argentina) amplió su análisis sobre cuáles cree que serán las claves del partido. “Por el mal estado de la cancha ante Tigre, San Martín utilizó el pelotazo como recurso para contrarrestarlo.

Algo que ellos pueden resolver bien porque tienen gente muy desequilibrante arriba como Nuñez y Roberval. Sumado a Penco que sabemos que va muy bien por arriba, sobre todo en el área. Es por eso que nosotros tenemos que estar muy concentrados durante todo el partido para que no puedan sorprendernos por esa vía. Además de ser contundentes en el área rival”.

El objetivo de Lanús es claro según Marchesín: “Nosotros venimos a ganar sin especular que pueda hacer el rival. Necesitamos los tres puntos para seguir siendo punteros. Es el único resultado que nos alcanza”, contó.

En igual sentido opinó Mauricio Caranta, arquero suplente de Lanús, sobre el estado del campo de juego. “A nosotros nos va a complicar muchísimo el más estado del campo principalmente porque la manera de jugar de Lanús es la de tener mucha posesión de la pelota y en el estado que está la cancha no creo que se pueda tenerla”, explicó Caranta, quien en el Clausura del 2008 visitó el Hilario Sánchez vistiendo la camiseta de Boca.

Aquella vez fue 2-0 para el equipo que tenía entre sus figuras a Martín Palermo -autor de ambos goles-, Román Riquelme y era dirigido por Carlos Ischia.