Daniel Zamora es de aquellas personas que no pueden ocultar su alegría. Cuando pasa por un momento de algarabía esos dos bailarines negros que tiene por ojos saltan de un lado a otro. Ayer, el ciclista rawsino estaba feliz, por la victoria y en ese momento de lo primero que se acordó fue de sus compañeros. “Sin el trabajo de ellos no podría haber conseguido esta victoria que es muy linda y que me permite seguir creyendo en que estoy en el buen camino”, expresó.

El joven que entre sus victorias cuenta con una Vuelta de San Juan (2011) y una Doble Difunta Correa (2012), tiene en su bolsillo media Calingasta, pero no se la cree. “Falta mucho, y lo que falta es tan duro como lo de hoy. No hay que olvidar que el físico debe reponerse de esta jornada”, afirmó.

Sobre su carrera, contó que: “Fue muy exigente pero linda. Con el Pato (Luciano Montivero) hicimos un esfuerzo grande para alcanzar en la subida, después de un breve descanso en la bajada nos pusimos de cabeza a buscar el triunfo”.

Cuando se le comentó el refrán del turf que dice que “caballo que alcanza quiere ganar”, Zamorita confió que tenía ganas de ganarla, pero que cuando pasaron el puente de Pachaco dudó de sus fuerzas. “Me acalambré, se me agarrotaron las piernas y le dije a los muchachos que no estaba bien. Después, me solté un poco y cuando vi que atacó Juárez, salí a todo o nada. Llegué con lo justo, pero llegué y pude responder a la confianza de mis compañeros y regalarle una alegría a la gente de la Agrupación, a la que estoy muy agradecido porque me tratan con mucho afecto y respeto”, afirmó.

A la hora de analizar lo que será el regreso esta tarde, “Zamorita” dijo que habrá que estar muy atento. “No podemos desconcentrarnos porque tanto el Turco (Julio), como Juárez (Daniel) son corredores que no se entregan y que tienen equipos que pueden apuntalarlos. Es dura la ida porque la subida a la cuesta es más pronunciada y después quedan casi 100 kilómetros”, culminó.