‘Cuando Rawson levantó el embalaje subiendo al puente, yo me pegué a la rueda de Naranjo (Nicolás) y Contreras (Emiliano) a la de Tivani (Nicolás). Entramos bien armados a la bajada y cuando faltaban 200 metros, le pegué el grito a mis compañeros, porque me sentía bien, ataqué y cuando quedé al frente me di cuenta que podía’, comentó con la alegría pintada en su rostro, Darío Díaz.
El ciclista catamarqueño del continental Mardan, explicó que por como se había dado la carrera el equipo contaba con distintas opciones. ‘En el grupo de punta teníamos a Contreras y Monte (Francisco) y decidimos marcar la rueda de los embaladores rivales, por eso vinimos muy tranquilos desde atrás sabiendo que el desgaste debían realizarlo los muchachos de los otros equipos’, explicó.
A la satisfacción de reencontrarse con una vieja amiga, la victoria, en San Juan Díaz sumó el recuerdo de lindos tiempo pasados cuando en esa misma calle 5, supo festejar victorias con Emanuel Saldaño. ‘Con el Chino, cuando corríamos para la Municipalidad de Rawson, ganamos varias veces, en la ruta y en los criteriums. Fue un excelente compañero y un gran ciclista al que siempre recuerdo’, afirmó.
Finalmente, cuando se le recordó que si gana la Mendoza puede entrar en la historia grande, respondió con una sonrisa. ‘Es difícil, porque es muy larga, pero me siento bien y esto de hoy ayuda para ilusionarse con pelear la victoria’, culminó.
- Las primeras escaramuzas
El pelotón emprende el regreso desde el ‘triángulo’ de Ruta 155 (Calle 5) y Zapata. Allí comenzaron las primeras maniobras para romper la serenidad de un pelotón que con el correr de los giros se dividió en varios grupos.
- El ataque que no prosperó
Mauricio Muller (SEP) fue uno de los que más trabajó para consolidar la fuga de la docena de ciclistas que comandaron la mayor parte de la carrera. Allí viajaban Contreras y Monte, de Mardan, y Adrián Richeze de Virgen de Fátima.
- La efectiva persecución
En el segundo grupo se viajaba sin orden. Darío Díaz y Nicolás Tivani vienen en el medio. Ellos dos, junto a Naranjo, estuvieron entre la decena de ciclistas que llegaron arriba. Se trabajó a destajo y el viento les pasó factura.