Roberto es uno de los jugadores emblemáticos de la historia de Concepción, y también formó parte del tercer campeonato del mundo conseguido por la Selección en el Mundial de Recife en Brasil en 1995. Ese campeonato fue especial para él porque significó la corona y despedida de la Albiceleste.
“En ese año cerramos un proceso de trabajo, porque el mismo equipo había sido campeón de las Olimpiadas de Barcelona 1992, entonces ahí conseguimos eso que no se nos venía dando en los mundiales anteriores, ganamos por partida doble, las Olimpiadas y el Mundial. Ahí es donde me retiro al igual que otros compañeros y termina ese proceso. Los recuerdos que me trajo ese Mundial fueron de inmensa alegría, porque desde ahí no volvía a jugar”, comenzó abriendo la charla Roberto.
Con respecto a lo que significó para el ex jugador aquel certamen lo catalogó como pasión, “con el paso del tiempo vamos recordando más cosas, pero no deja de ser pasión, porque en algún momento significó trabajo, en otro ilusión, pero después quedó la pasión. Cuando estás a momentos de un Mundial, como el que está por venir, a uno le vienen esos momentos vividos”.
Con respecto al equipo nacional que estará compitiendo dentro de algunos días el certamen ecuménico en la provincia, no lo comparó con el campeón del ‘95, pero lo analizó. “En primera medida, la mayoría ya fueron campeones Sub 20 en Malargüe, por lo que es una selección que se conoce bastante. Mientras que también tiene unas incorporaciones con experiencia, lo que le da más chances de coronarse. Sobre todo hay ansias y si salen campeón va a ser para toda la vida, tiene que dejar las cosas secundarias de lado”, concluyó.
“El Mundial fue pasión”

