Carreras largas por caminos donde no pasa un alma. Competencias maratónicas que atentan, primero, contra la condición física de los ciclistas y por ende, con el nivel de los espectáculos, son las que integran el calendario tentativo que los consejeros de los clubes afiliados "dibujaron" en la reunión de antenoche.

Salvo los circuitos Apertura y Clausura, que tendrán 120 kilómetros, no hay carreras de medio fondo. Todas, tienen como mínimo 140 kilómetros. Hasta el circuito "Homenaje" que nunca superó el centenar de kilómetros se anuncia con 150. En total, al final de la temporada los corredores recorrerán 5.745 kilómetros.

Una Doble Difunta Correa de 170, cuando por el circuito tradicional suele tener 152; una Mendoza-San Juan con 190 kilómetros, una semana antes de la Vuelta y un total de 1.965 kilómetros a recorrerse nada mas que en el mes de enero, serán el prólogo que cargarán sobre sus piernas los -mas que nunca- esforzados gladiadores de las rutas, antes de la gran carrera de etapas que tiene el calendario sanjuanino.

Si uno mira detenidamente el prospecto se da cuenta que carreras de corto aliento, esas que sirven para que las figuras en ascenso puedan mostrar sus dientes, no quedan. La "Cuatro Puentes" que siempre tuvo 122 Km. pasó a tener 140. La "Doble Media Agua", que en tramo de ida y vuelta con un circuito en la villa cabecera de Sarmiento orillaba los 130, se extiende a 170.

Es importante sumar gente y Departamentos al calendario, pero. ¿Valen la pena los premios para arriesgar tanto esfuerzo? En una carrera de una etapa se reparte 3.000 pesos en premios en los clasificados, mientras en Capital Federal el ganador de una sola carrera de 100 Km. gana 2.500 pesos.

Cualquier dirigente dirá: "¡Claro, pero en Buenos Aires, hacen una sola carrera!". Y tienen razón. ¿Pero no sería mejor ser más selectivos, armar una temporada más equilibrada, con las cuatro o cinco pruebas clásicas repartiendo mejores premios y la Vuelta como eje? Es difícil entender porqué se hacen competencias tan largas reiterando circuitos. "Pensamos en el público", dirán quienes las programan. Y en realidad, si pensaran en la gente, no estrujarían tanto a los actores del espectáculo. Solamente Robocop puede aguantar tamaña paliza para su físico.