Pasó Colombia y Argentina enderezó su rumbo. Subió apenas un peldaño en la desesperada lucha en la que se metió por ir al Mundial de Rusia. Pero el árbol no debe tapar el bosque y si bien en el Bicentenario fue prácticamente un recital de un tal Lionel Messi que cada día agranda más su figura genial, Argentina como equipo dejó demasiados interrogantes como para definir a qué juega este equipo del Patón Bauza. Es que no es ofensivo ni es efensivo. Es ‘ni’. Lamentablemente y en un momento candente de la lucha por ser mundialista, este equipo no tiene DNI, no tiene identidad. No maneja la pelota cuando le sobran jugadores de muy buen pie pero de momentos, como espasmos, se suelta y te mata. Es raro este equipo que tiene encima tres finales jugadas, y perdidas, pero es un logro que muy pocos seleccionados en el mundo poseen. Argentina tiene que buscar su identidad.
Si a Bauza le gusta defenderse, cerrarse y liquidar al rival con espacios, que lo haga. Que lo proponga y lo ejecute. Es tan válido como si fuera al frente siempre al mejor estilo Bielsa o Sampaoli, que hace de la presión alta un culto y siempre arriesgan. Pero este Argentina que pasó por San Juan quedó en deuda consigo mismo. Ante Colombia y habiendo tenido la fortuna de definir casi todo en apenas 22 minutos, tuvo la oportunidad de consolidar o esbozar una identidad y la desperdició. No juega a nada, no se sabe si se sabe defender con la pelota o es mejor cerrándose y esperando espacios.
Pasó Colombia y quedan ahora más de tres meses para que llegue el gran desafío para ir a Rusia: recibir a Chile que hoy está un punto arriba. Puede que este tiempo sin contacto con la prensa, sin la presión del calendario, sin urgencias, Argentina empiece a definir cuál es su idea. Bauza tiene banca en la precaria dirigencia de la AFA que para esa altura ya tiene que estar absolutamente normalizada. Tiene el tiempo, tiene las opciones y tiene el margen de maniobra que parecía tenerlo contra las cuerdas.
Bauza lleva 6 juegos y solmente pudo ganar 2 y fueron de local. ante Uruguay en su debut y ante Colombia.
Ganarle a Chile es el objetivo. Después tendrá salida a la altura de La Paz donde no hay que confiarse pero el gran rival que tiene hoy enfrente mismo este Argentina es el propio Argentina. Necesita identidad, patrón de juego. Un estilo. Porque sino solamente dependerá de la magia de un Messi al que hay que prenderle velas para que ni se resfríe. Así, llegar al Mundial será más que una lotería y si bien el fútbol es un juego, no hay necesidad de arriesgar tanto.
