Se especuló con botellas, pero los jugadores de Gran Hermano, y especialmente Furia, optaron por la utilización de protectores diarios a modo de “pañal” para orinar sin tener que abandonar el desafío por la casa.
Juliana quedó en tanga y les pidió al resto de competidores que no la miren, pero el pañal no resistió y terminó orinando parte de la alfombra.
Furia no supo qué hacer con el pañal lleno de pis, y si bien sus compañeros le pidieron que lo tire lejos, decidió colocarlo sobre el techo de la estructura en la que están atados.
“Mi tanga vale 50 mil pesos”, declaró Juliana entre risas, a pesar de haber orinado esa prenda en su experiencia atada.
Furia explicó que pensó que el pañal iba a aguantar, y supuso que su hermana se reirá con la situación que protagonizó.