Si bien es política de los directivos de la Escuela Modelo -nivel Secundario-, traspasar las puertas de la institución con sus alumnos y docentes para participar de actividades sociales, educativas y culturales, este año los logros se hicieron ver. Sólo basta sembrar y atender bien el cultivo, para cosechar en consecuencia. Así fue que este año obtuvieron el Sexto lugar en las Olimpíadas Argentinas de Física en las que participaron por primera vez y compitieron con 20 provincias. Casi a la par el equipo de Fútbol obtuvo el primer lugar en los Intercolegiales realizados en la provincia, y los equipos de Matemáticas y Filosofía, que si bien no pasaron la instancia provincial en las respectivas competencias, alcanzaron muy buenos logros.  

Sandra Belelli, directora de la Modelo -nivel secundario-, indicó que "nada de esto sucedería sin los docentes que tiene la escuela, ya que son los principales motivadores para que los chicos participen porque todo se hace de manera voluntaria". 

El equipo de Física ganador de las Olimpiadas locales y luego sextos a nivel nacional, estuvo conformado por Agustín Ramella Tettamanti (16), y Nicolás Monserrat (17), acompañados por el profesor Guillermo Flores, quien oficio de preparador y también fue nombrado evaluador de las pruebas por las que debieron pasar los alumnos de todo el país. 

"Es muy importante para los chicos porque ellos deben destinar un tiempo extra para la preparación, esto sin contar la buena experiencia que implica el intercambio con otros alumnos de diferentes lugares, tanto de colegios públicos como privados", expresó el docente. 

Los competidores pasaron por diferentes instancias compuestas por áreas teóricas y otras prácticas, que luego eran evaluadas por profesores designados. 

A esto se sumó que participaron de charlas con expertos en Física como por ejemplo los ingenieros de los proyectos Arsat 1 y 2; entre otros reconocidos científicos. 

Almudena Galvez (13), de Segundo Año, y Sol Icazati (17), de Sexto Año, fueron las protagonistas de las Olimpíadas de Matemáticas, con la ayuda de la profesora Paola Pintos.  
"Quise participar porque me gusta, no importan las notas que uno tenga ni nada de eso, solo hay que tener ganas. La profe nos daba ejercitaciones para ver en que nivel estabamos y luego veníamos a clases extras para prepararnos", explica Almudena. 

Sol destaca que "la experiencia fue muy linda porque cuando participamos aprendimos mucho, a resolver cosas que hasta ese momento no sabíamos, pero sobre todo porque los ejercicios eran de puro razonamiento".  
 
Más competencias  
 
Felipe López (17); Magdalena Trapaglia (16), y Camila Castro (17), fueron los alumnos que se animaron a participar, nada más y nada menos, que de las Olimpíadas de Filosofía, con trabajos referidos a Educación, que era uno de los temas sugeridos para elaborar un ensayo filosófico, junto con Ciencia y Técnica y el Mundo del Trabajo. 

Marcela Vega, fue la profe encargada de guiarlos en esta propuesta que no sólo demandó capacidad de razonamiento, un eje claro en cada escrito, mucha lectura y horas de elaboración, sino que no podía superar las 1600 palabras (alrededor de 4 páginas). 

Cada uno de los ensayos fue expuesto y defendido en una jornada en la que participaban todos los concursantes, con un debate que superó las expectativas. 

"Indudablemente que eso generó un espacio de diálogo y aprendizaje muy importante para los chicos, no fue un examen convencional, ni mucho menos", indica la directora, Sandra Belelli. 

Camila, una de las autoras y también seleccionada para las Olimpíadas de Física pero que decidió dejar de lado por las de Filosofía, cuenta que "el debate fue fabuloso y enriquecedor. Para la elaboración tuvimos que respetar una estructura, enunciar objetivos y argumentar con ideas coherentes, algo insuperable". 

Magdalena por su parte quedó asombrada por la activa participación de los alumnos . "Los chicos llevaban libretitas para anotar preguntas y luego hacerlas, fue algo increíble el interés, sobre todo educativo", señala. 

Para Felipe una de las dificultades fue dejar el ensayo en la cantidad de palabras exigidas ya que el suyo era bastante más amplio. "Estaba tan entusiasmado que escribí mucho y luego costó cortar porque todo era importante", agrega. 
 

Por Myriam Pérez 
Gentileza Directora Escuela Modelo