Los usos posibles de los terrenos recuperados luego del abandono por parte de una explotación minera presentan una gran variedad de alternativas, según fuese el tipo de laboreo minero empleado, la geografía o paisaje de la zona y las costumbres de los habitantes del lugar. Las características de las instalaciones, los condicionantes técnicos y económicos de las compañías explotadoras, los entornos social, ecológico y paisajístico, así como las leyes y normas vigentes, son factores que deben ser tomados en cuenta al tomar una decisión.

Entre las alternativas de usos posteriores al cierre de una mina y sus terrenos recuperados, pueden destacarse: a- Reserva de mineral hoy no económico, para eventuales subas de cotización. b- Uso agropecuario o forestal. c- Recreo, turismo, educación (trabajos prácticos con ejemplos reales) y d- Vertederos controlados.

En algunos casos, cuando las condiciones del suelo y clima lo permiten, el mejor método de recuperación consiste en crear una nueva cubierta vegetal, ya que ella posibilita: 1- Una restauración de las características biológicas del suelo. 2- El control y reducción de la erosión. 3- La estabilización de los terrenos no consolidados (desmontes y pilas de estéril). 4- Una adecuada protección de los recursos hídricos, y 5- Una razonable integración paisajística.

Parámetros Económicos de la Recuperación: los trabajos de restauración implican un gasto adicional que debe incluirse en el diagrama económico de la compañía minera. Este impacto en el cuadro de ganancias y pérdidas es por lo general pequeño si se lo planifica a regla de arte y se lo va ejecutando desde el inicio de las operaciones. No superando por lo común el 1 o 2 % del valor del producto.

La recuperación y reciclado de residuos provenientes de plantas de concentración de minerales puede mejorar la economía de un proyecto, al reducir el volumen de estéril y demás residuos contaminantes y limitando por consiguiente los costos de su acopio y conservación. En muchos casos la recuperación y/o tratamiento de residuos ha dado lugar a la obtención y comercialización de otros productos secundarios, como la recuperación de metales de equipos en desuso, la elaboración de abonos a partir de relaves y otros que, lejos de representar un costo adicional a la Empresa minera, generan un beneficio económico adicional.

Al calcular el costo que ocasiona la ejecución de un proyecto de restauración y el tratamiento de residuos, deben tomarse en consideración las siguientes tareas:

a- Una caracterización de los estériles y residuos, así como del suelo natural. b- La neutralización de los residuos potencialmente contaminantes. c- La recuperación o aprovechamiento de algunos subproductos disponibles. d- La caracterización geotécnica e hidrogeológica del área. e- La excavación de zanjas y/o canales, incluyendo la construcción de estructuras auxiliares o complementarias, impermeabilización y sellados. f- La demolición de estructuras abandonadas. g- La estabilización del suelo, incluyendo eventualmente siembras y plantaciones. h- Colocar señales en toda el área, su mantenimiento y control.

La Auditoría Medioambiental: los objetivos globales y específicos de una auditoría medioambiental pueden resumirse en:

* Definir la situación ambiental original. * Determinar las medidas correctoras que eventualmente pudieran necesitarse. * Divulgar las tareas de la Empresa referidas a la protección ambiental. * Detectar los puntos fuertes de la política ambiental que pueden ser resaltados en medios públicos, así como los puntos débiles que deben ser mejorados. * Identificar las soluciones técnicas y económicas que conduzcan a cumplir con las normas vigentes. * Divulgar los efluentes y residuos que se generen (tipo, cantidad, composición). * Definir las medidas correctoras y precautorias del Programa de Protección y Vigilancia ambiental.

Hasta hace relativamente poco tiempo, era más rentable para las empresas pagar cánones y hacer frente a las sanciones que adoptar medidas medioambientales que implicaban, a menudo, costos importantes, todo ello debido a que no existía una legislación adecuada. Hacia finales de los ’80 la presión social hizo que se promulgasen leyes específicas de protección del medio ambiente, siendo una forma de valorar su cumplimiento la realización de auditorías ambientalistas.

En los últimos años las empresas mineras están desarrollando actividades de protección al entorno físico porque, por una parte, las normativas lo exigen y por otra la protección ambiental representa una ventaja competitiva. Con ello las compañías,

e incluso las administraciones locales han logrado medrar su imagen ante los ciudadanos en general.