Al menos 136 personas murieron ayer y decenas resultaron heridas como consecuencia de la represión ejercida por el Ejército en varias ciudades sirias para sofocar las protestas contra el presidente, Bashar al Assad.
En Hama, situada al Noroeste del país, los soldados arremetieron con tanques y carros de combate contra las personas que se manifestaban en las calles, matando al menos 95 personas. La represión también se desató en Deir el Zor (en el Este) y Herak (al sur) y el balance total de víctimas asciende a 136, según informó a la prensa el presidente de la Organización nacional de los derechos del hombre, Ammar Qourabi.
La población siria se encuentra sitiada desde hace casi un mes debido a las crecientes protestas que piden el fin del régimen del presidente Al Assad.
Esta sangrienta represión desató una catarata de condenas internacionales contra el Gobierno de Damasco, que llegaron desde Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, que hicieron oír sus denuncias.