Valeria Ruarte (28) asegura que se levantó mareada cuando alcanzó a percibir olor a gas en su casa. Y que cuando observó a la menor de sus dos hijas, Aitiana (2 años) la notó sin reacción. Eran las 21,30 del miércoles cuando la joven encaró un desesperado pedido de auxilio para evitar lo peor para su hija: ‘llamamos a la ambulancia pero no llegó nunca y con la ayuda de un vecino nos fuimos en su auto al hospital, pero ya nada se pudo hacer. Qué dolor, Dios mío’, alcanzó a decir ayer Valeria al borde del llanto, mientras esperaba con su pareja y padre de la criatura, William Flores (26, empleado en una fábrica) que les entregaran el cuerpo en la morgue judicial.

Justamente allí, el médico Eduardo Recabarren, confirmó la hipótesis de la desconsolada madre: ‘muerte por asfixia por intoxicación compatible con monóxido de carbono’, fue la conclusión del profesional, dijeron fuentes de la investigación. El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico producido por una combustión incompleta o deficiente, y Valeria aseguró que lo único que estaba encendido en su casa es el piloto del termotanque, pues todas las hornallas de la cocina estaban cerradas.

Todo pasó en un departamento que la joven pareja alquila en avenida Libertador casi San Juan, en Santa Lucía, cuando en la casa sólo estaban Valeria y Aitiana, pues Flores volvía en ese momento de la casa de sus padres y la mayor de las nenas, Guadalupe (6) se había ido con su papá, una pareja anterior de Valeria.

Ayer, por orden del juez Enrique de la Torre, policías de la Seccional 5ta. al mando del comisario inspector Juan Reyna, pidieron una pericia sobre los conductos, las conexiones de gas y el funcionamiento de aparatos en la casa para saber dónde pudo estar la falla.