"En lo personal, estoy viviendo mi mejor momento. Todavía no puedo creer todo lo que está pasando ¡Es lo que soñé desde que era chico!". Emocionado, así se refiere Franco Gómez a la hazaña de superar el concurso abierto por oposición y mérito que se llevó a cabo para los cantantes de todo el país. A sus 30 años, el sanjuanino consiguió quedarse con uno de los 8 cargos de miembro estable del Coro Polifónico Nacional de Argentina, en el cual realizará su primer temporada completa a partir del próximo 23 de febrero. Y, como si esto fuera poco, este año comenzará a cursar el primer año de la carrera de Canto Lírico del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y el último en la Especialización en Música de Cámara.
"Ser parte del Polifónico es una alegría tan grande. Yo no corría con la ventaja de haber actuado como refuerzo o reemplazo allí. Fue una sorpresa enorme, fui el único que entró sin haber actuado antes en el coro", manifestó el artista local. El 2024 comenzará con la Petite Messe Solennell, de Rossini, en versión a 2 pianos; si bien a fines del año pasado pudo hacer sus primeras armas en la agrupación. Fue junto a su comprovinciano, el tenor Hernán Videla Torres (con más de 2 décadas en la institución) interpretando la Cantata a Martín Fierro, con Mario Salvo como solista junto a la Sinfónica Nacional; y Carmina Burana, con la Sinfónica Nacional y el Coro Nacional de Niños en los conciertos de fin de año con dirección de Carlos Vieu en el CCK y en la localidad de Ramos Mejía, a cielo abierto.
Ser parte del prestigioso organismo dependiente de la Dirección Nacional de Elencos Estables no fue una tarea sencilla para el joven. "Son dos etapas que hay que sortear. En la primera, tenés que cantar un aria de ópera o de oratorio, yo me presenté con un aria de un oratorio de Rossini y competí con más de 70 aspirantes, todos de gran nivel. Cuando los vi a todos, inmediatamente pensé que iba a ser muy difícil entrar", relató con orgullo Gómez, que supo ser integrar el Coro de la Universidad Católica de Cuyo de María Elina Mayorga y el Vocal de Cámara Platense de Fernando Tomé, entre otras agrupaciones.
"Con las changas como mozo o dando clases de guitarra, solventé mis estudios con el tenor Esteban Manzano. Todo lo que gané lo invertí en el canto". Franco Gómez
"El concurso para el Polifónico es muy complejo, tanto técnica como musicalmente, pero conseguí llegar al segundo nivel donde un jurado toma vocalización para ver la zona aguda y grave para calificar la técnica, calidad y calidez de cada uno, y lectura a primera vista de una partitura que ellos entregan. Después de hacer un promedio de las notas, en la última instancia quedamos 14, y tuvimos que cantar 2 cuartetos junto a 3 de sus integrantes con una partitura que nos entregaron 48 horas antes: un coral del Oratorio de Navidad de Bach y una fuga de la Misa de Gloria de Puccini. Yo pude ponerme a estudiar recién el día antes porque estaba con funciones de La Flauta Mágica pero los maestros evaluaron lo necesario que tiene que tener un profesional y finalmente quedé entre los ganadores para ocupar un cargo en la cuerda de bajos y barítonos", evocó el muchacho que también señaló que otras de sus proezas fue ingresar a las carreras del ISA, del Colón, "donde audicionan muchos pero ingresan muy pocos, por ejemplo a la de canto entran entre 8 y 10 por año; y en la de especialización sólo 2 o 3", apuntó.
Para concretar su deseo profesional, Franco se preparó "durante muchísimos años", incluso pasando "necesidades" para mantenerse económicamente.
Cuando tenía sólo 15 años, luego de aprender el arte de realizar aros y artesanías con aluminio y alpaca junto a su madre, tomó una bandeja y empezó a trabajar como mozo, con la finalidad de ahorrar dinero y poder pagar sus gastos para emigrar de San Juan en busca de sus sueños.
A los 20 años, dejó la provincia para estudiar Dirección Coral y Orquestal en la Universidad Nacional de La Plata. Y después de superar una patología vocal que recuperó con la colaboración del equipo de fonoaudiología de la misma casa de altos estudios, le recomendaron tomar clases de canto, lo que él aceptó como desafío.
""Con las changas como mozo o dando clases de guitarra, solventé mis estudios con el tenor Esteban Manzano. Todo lo que gané lo invertí en el canto. Es una carrera muy exigente desde lo económico porque se recomienda trabajar con profesores particulares y las clases son caras, siempre lo tuve como prioridad frente a algunos gustos como comer lo básico para hacer estirar la plata para poder estudiar", afirmó quien comenzó a ver reflejado el producto de su esfuerzo en "las oportunidades y en las ayudas" por parte de la educación pública y de maestros como Mario de Salvo, Cecilia Prieto, Edubiges Picone; y en la actualidad, del barítono Massimo Cavalletti, de quien es su actual discípulo.
Así, el año pasado hizo Elixir de Amor y La Flauta Mágica con compañías independientes, tuvo su debut en el ciclo Ópera de Cámara del Teatro Colón con el rol de Enrico en Il Campanello, de Donizetti, en el Teatro Coliseo de CABA; subió con 3 conciertos en el Salón Dorado del Colón como refuerzo del coro del ISA, y subió con El Mesías de Händel en la sala mayor del Teatro Colón. Por otro lado, ganó las becas de Mozarteum Argentino por 2 años consecutivos -Fondo de Becas 2021 y 2022- cómo así también de Juventus Lyrica, Fundación Williams y Fundación Santander, desde 2020 hasta la fecha; obtuvo el tercer premio en el XXII Concurso de Jóvenes Cantantes Líricos de la República Argentina de La Scala de San Telmo. Y, como solista, cantó para producciones del Teatro Colón, Teatro Argentino de La Plata, Centro Cultural Kirchner, Corporación Cultural de Constitución (Chile), entre otras.
"Miro para atrás y veo que al final todos los sacrificios valieron la pena. No hay un sanjuanino haciendo todo esto que estoy haciendo yo, no sólo logrando entrar al Polifónico y mi labor solista, sino también siguiendo 2 carreras en el Teatro Colón y siendo convocado para desempeñarme en propuestas solistas en obras del Colón. Los esfuerzos van dando sus recompensas y me colocan en un 2024 muy bueno, insertado plenamente en el circuito profesional de la lírica argentina y eso me hace feliz", reflexionó sobre su presente el también docente local, que se proyecta con fuerza en el oficio que construyó con afán.