Para sus admiradores, es un funcionario con ‘superpoderes’. Para sus detractores, es un oportunista, con sinuosidad y zigzagueos políticos que pueden despertar señales de alarma.

‘Massa vive desde su adolescencia obsesionado con la política’, según Diego Genoud, autor del libro ‘El arribista del poder’.

Con gran elasticidad política, siempre ha estado ligado a las más altas esferas del poder y siempre ha manejado algo de astucia y buen diálogo para moverse de un lado al otro.

El exintendente de la localidad bonaerense de Tigre, Sergio Tomás Massa, tiene dos hijos. Abogado, de 51 años de edad, está casado con Malena Galmarini, presidenta de la empresa estatal AYSA (Agua y Saneamientos Argentinos).

Ahora, el actual ministro de Economía de este gobierno peronista busca el sillón de Rivadavia con varios desafíos: frenar los fantasmas de una descontrolada inflación, de una preocupante pobreza y de un dólar que no da descanso. Motivos suficientes para quitarle el sueño a más de un argentino.

El expresidente Mauricio Macri, que gobernó entre 2015 y 2019, bautizó como ‘ventajita’ al bonaerense Sergio Massa, que empezó de joven su carrera política.

Massa fue militante de la Unión de Centro Democrático (Ucede), fundada por Alvaro Alsogaray. Llegó a ser en la década del 90 presidente de la juventud de esa agrupación en la provincia de Buenos Aires, hasta que se sumó al justicialismo, cuando ya estaba consumado el acuerdo de la Ucede con el expresidente Carlos Menem.

Massa, uno de los funcionarios más liberales del oficialismo, tiene fluidos contactos con el mundo empresarial. Su conocido carácter dialoguista le ayudó a llegar al balotaje para encaminar una carrera a la presidencia que tuvo un momento clave a mitad de 2022: asumir como ministro de Economía en semanas en que las finanzas de Argentina parecían a punto de colapsar.

En 2007, fue elegido intendente de Tigre por el Frente para la Victoria. Tras ser jefe de Gabinete en uno de los mandatos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-15), Massa abandonó el Gobierno enfrentado con la entonces presidenta para fundar su propio partido político, el Frente Renovador.

Pero el ministro, nacido en la localidad bonaerense de San Martín, regresó a la coalición oficialista en 2019 para conseguir una banca en la Cámara de Diputados, una decisión que sus detractores consideraron inconsecuente.

En 2019 ganó, pero ya reconciliado con el kirchnerismo y con La Cámpora, a cuyos miembros había prometido en el pasado que los "metería presos".

A Massa se le atribuye el concepto de "ancha avenida del medio", con el que llegó a encaminar un objetivo concreto: formar una mayoría amplia para gobernar el país desde 2015, sin distinción de ideologías pero con corazón peronista.

Massa, efectivamente, se reivindica peronista, aunque se haya iniciado políticamente en la Ucede, el partido ultraliberal que apoyó al menemismo.

Ya fue candidato a presidente en 2015, cuando salió tercero detrás de Daniel Scioli (Frente para la Victoria) y Mauricio Macri (Cambiemos), quien terminó ganando la elección en la segunda vuelta. Esa postulación había sido catapultada por su resonante triunfo electoral en la Provincia de Buenos Aires en las legislativas de 2013.

Cuando llegó la hora del balotaje entre Mauricio Macri y Daniel Scioli, Massa jugó abiertamente para la victoria del líder de lo que entonces se llamaba Cambiemos. Esa actitud le valió el reconocimiento de Macri, que lo llevó en su comitiva en el recordado viaje al foro de Davos, donde lo presentó como el líder de la oposición responsable, un hecho que valió en ese momento un comentario elogioso del entonces vicepresidente estadounidense Joe Biden.

Después, las diferencias por el Impuesto a las Ganancias terminaron distanciando a Massa del entonces presidente argentino Mauricio Macri, que terminó definiendo al tigrense como un ventajista.

 

  • ‘Unidad nacional’ contra la ‘grieta’

El candidato a presidente de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, llega al balotaje con la voluntad de encarnar un ‘cambio’ basado en el inicio de una etapa de ‘unidad nacional’ que deje atrás la ‘grieta’, mientras que en su equipo circula la consigna de mantener la ‘humildad’ y la ‘tranquilidad’.

Para UxP, la recta final de la campaña estuvo focalizada en los indecisos y en aquellos que evaluaron en algún momento votar en blanco: hacia ellos se apuntó a través de piezas audiovisuales en las redes, acciones de ‘micromilitancia’ y convocatorias por WhatsApp.

Una de los últimos spots de la coalición peronista comparó el voto del indeciso con la atajada del arquero de la Selección Emiliano ‘Dibu’ Martínez a Kolo Muani en el minuto 123 de la final del Mundial de fútbol contra Francia, en Qatar 2022; en ese video, además, se reivindican las figuras del papa Francisco y la del expresidente radical Raúl Alfonsín. A medida que se acercaba la elección, comenzaron a multiplicarse las muestras de ‘micromilitancia’ con el involucramiento individual o de pequeños grupos que intervenían de manera espontánea en espacios como el transporte público o en la previa de espectáculos públicos o deportivos.

 

  • Macri-Scioli en el 2015, el antecedente

Las elecciones de 2015, que debieron resolverse en segunda vuelta entre Mauricio Macri y Daniel Scioli, son el único antecedente de balotaje, como el que hoy enfrentará a Massa y Milei.

La Constitución argentina establece que para ser elegido presidente en primera vuelta el candidato más votado debe reunir al menos un 45% de los votos, o bien al menos un 40% siempre que aventaje en 10 puntos al segundo. En caso contrario, la elección se dirime en una segunda vuelta, conocida como balotaje, entre los dos candidatos más votados.

El país suramericano celebra en 2023 los 40 años del retorno a la democracia y, desde entonces, sólo ha habido un balotaje, el que ganó Macri.

En aquellas elecciones de 2015, el hoy candidato presidencial por el oficialismo, el ministro de Economía, Sergio Massa, concurrió como peronista disidente con el partido que creó, Frente Renovador.

Con un 81,07% de participación, Scioli ganó la primera vuelta. En el balotaje, una parte importante de los 5,4 millones de votos de los desencantados del kirchnerismo se fueron para Cambiemos y Macri terminó siendo presidente tras ganar la segunda vuelta.

En 2003, el expresidente Carlos Menem (1989-1999) y Néstor Kirchner fueron los dos aspirantes más votados. Debían resolver en balotaje, pero Menem se bajó.

 

Boletas
88 
 millones de boletas, equivalente a $260 millones, financia la Dirección Nacional Electoral, de acuerdo con la legislación. La DINE ya transfirió este mes fondos a fuerzas políticas.

Detenidos
5
  personas hasta el momento ha resultado detenidas como parte de la investigación por las amenazas de muerte por redes sociales de las que fue víctima el candidato Sergio Massa.