Si había fiesta, tenía que ser completa. Así lo entendieron los integrantes de la Selección doméstica de Argentina que mostrando su mejor faceta del medio para adelante, demolió a un rival que no es medida como Venezuela, para terminar goleándolo por 4-1. El equipo de Batista fue más de principio a fin. Dueño de la pelota a partir de las sociedades entre Chávez-Mouche por un lado y Valeri-Moralez por el otro, el seleccionado argentino fue levantando temperatura minuto a minuto para terminar soltándose y liquidando sin problemas al débil seleccionado venezolano.
A los 6′ se juntaron Defederico con Moralez y la maniobra terminó apenas desviada. Fue un anuncio porque a los 10′, después del susto que se dio Argentina cuando García calculó mal un centro y le dejó la pelota a Cichero que cabeceó desviado, Valeri quedó mano a mano con Morales y no pudo vencerlo. Con el libreto de cuidar la pelota, de no dividirla nunca, de buscar el mejor momento, Argentina esperó para llegar al gol. Salió el pase profundo, ganó Valeri en el área para bajarsela a Chávez, quien fusiló a Morales para abrir el marcador y dar el presente en la gran fiesta de los sanjuaninos. Iban 20′ y Argentina ya era dueño de todo. Incluso, a los 22′, pudo haber duplicado su ventaja cuando Ariel Rojas estrelló un tremendo remate en la base del palo izquierdo de Venezuela y a los 26′, le anularon mal un gol legítimo a Moralez. Pero en el segundo ataque a fondo, Venezuela desnudó problemas en Argentina defendiendo y así Arismendi puso el sorpresivo 1-1 que sirvió para hacer reaccionar a los dirigidos por Batista. Tanto, que a los 35′ Mouche dio el presente goleador poniéndo el 2-1 que graficaba con algo más de justicia lo que uno y otro seleccionado habían hecho hasta ahí.
En el complemento, Argentina golpeó primero y fue letal. A los 8′ Pablito Mouche eligió una definición llena de picardía para poner el 3-1 y sentenciar la historia. Porque después empezaron los cambios, las pruebas de los dos entrenadores para ver en acción a sus convocados. En ese trámite, Argentina siguió siendo el dueño de la pelota y de las mejores ocasiones. Le costó un poquito más de tiempo sentenciar todo porque a los 30′, Luciano Aued, quien había ingresado por Moralito, estampó el 4-1 definitivo.
Argentina ganó bien. Siendo más que su rival en todo momento. Mostrando la saludable actitud de jugar "a lo argentino’, cuidando la pelota, dándole mucha circulación y apostando a una filosofía que ya es marca registrada. HAbía fiesta y en la cancha, Argentina se asoció al festejo de todos los sanjuaninos.