Buenos Aires, 2 de septiembre.- El 31 de agosto de 1985, el equipo de rugby del Club Atlético de San Isidro (CASI) salió campeón. Pero no hubo festejo. Uno de sus jugadores había sido detenido, acusado de formar parte de una banda de secuestradores. Era Alejandro Puccio, wing del equipo e hijo de Arquímedes. "Fue uno de los golpes más duros que me dio la vida. Es una mancha y un dolor que no te sacás más", confesó 30 años después Eliseo "Chapa" Branca, excompañero de Alejandro Puccio.
"Días antes de la final del 85, el "Rata" Vergara, que era penalista, nos dijo que no nos preocupáramos. Que Alejandro iba a salir de la cárcel e iba a jugar con nosotros. Pero no fue así", contó Branca en diálogo con La Nación.
"Cuando fui a jugar la semifinal me dijeron que Alejandro estaba detenido. Yo pensé que era por un accidente de tránsito o algo así. No había Internet, así que mucho no se sabía", relató Branca. "Durante ese partido, alguien del público nos empezó a gritar ‘secuestradores, secuestradores’. Yo no entendía por qué", recordó.
El "Chapa" Branca era algunos años menor que Alejandro, pero habían compartido varios momentos dentro del rugby. "Pasábamos mucho tiempo juntos. Viajábamos mucho. Compartí con él mis sueños, mis valores, mi forma de ser", dijo. Y agregó que "nunca imaginé lo que era Alejandro en realidad: un monstruo, un asesino, un traidor".
Durante los primeros momentos, luego de que se conociera el negocio oculto de Arquímedes Puccio y sus secuaces, muchos de los compañeros del CASI defendieron a Alejandro. Ninguno podía creer que él hubiera participado de todos esos crímenes.
Branca recuerda haber corrido detrás del vehículo en el que se llevaban detenido a Alejandro. "Lo seguimos una cuadra, le gritábamos ‘¡Vas a salir, vas a salir!’. Epifanía, su madre, saludaba como estrella de Hollywood. Un horror", detalló.
Fuente: La Nación.
