Las autoridades brasileñas registran 108 muertes por una epidemia de dengue en los tres primeros meses de 2013, lo que supone un aumento de seis casos respecto al mismo periodo del año pasado, según informó en la Cámara de Diputados, el ministro de Sanidad, Alexandre Padilha. El funcionario dijo que se baraja la posibilidad de que en 2013 se supere el récord de infectados de 2010, cuando detectaron 580.000 contagiados.
El riesgo del dengue y del virus de la gripe están latentes, y la prevención no debe olvidarse. El dengue se presenta con cierta periodicidad en la región. La última vez que tuvo carácter epidémico en nuestro país fue en 2009, cuando afectó a 20.000 personas y hubo cinco víctimas fatales. En aquella oportunidad, abarcó las provincias de Chaco, Salta, Jujuy, Catamarca y, de modo menor, Tucumán y Corrientes.
Es necesario volver a traer a la memoria aquel año, no para alarmarse, sino para aprender de lo ocurrido y saber con qué armas luchar frente a un asedio que puede ser prevenible y, sus efectos, poco nocivos, si se actúa a tiempo y bajo control médico. El dengue es de origen viral, trasmitido al ser humano por los mosquitos Aedes Aegypti o Aedes Albopictus, que previamente se han infectado y actúan como vectores o agentes que transportan el virus y lo incorporan al ser humano al picarlo. La incubación tarda entre cinco y ocho días, y la enfermedad se presenta con fiebre súbita, dolores de cabeza, de las articulaciones y de los músculos, realmente intensos, razón por la cual antiguamente, antes de conocerse su origen, la enfermedad era llamada "rompehuesos”.
La lucha contra el dengue y el mosquito vector no ha concluido, como tampoco se deben bajar los brazos en cuanto a otro de los males que tanto daño causa en el invierno: la gripe. Los especialistas señalan que al observar el pico de infecciones gripales que se produjo este año en el hemisferio norte, se puede inferir que el comportamiento en nuestro país será similar, por lo que se pronostica una gran cantidad de síndromes gripales.
Resultados preliminares de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que la vacuna reduce un 62% el riesgo de enfermar gravemente. La prevención y el conocimiento a fondo del tema, como en todo lo relacionado con la salud, resulta primordial.