La beatificación de Juan Pablo II es un evento histórico sin precedentes, ya que en los últimos diez siglos de la Iglesia católica ningún Papa proclamó beato a su predecesor, como ocurrirá el próximo 1 de mayo, cuando Benedicto XVI eleve a la gloria de los altares a Karol Wojtyla.

Así lo resaltó ayer el diario vaticano “L´Osservatore Romano”, que señala que hay que remontarse a la Edad Media para encontrar casos más o menos similares.

El vespertino recuerda que Pietro de Morrone, el eremita que fue elegido Papa con el nombre de Celestino V en 1294 y renunció al Solio Pontificio varios meses después, fue proclamado santo en 1313, veinte años después de la muerte, pero por su tercer sucesor.

La santidad de León IX (1002-1045) y de Gregorio VII (1020-1085) sí fue reconocida inmediatamente después de sus fallecimientos.

El último Papa proclamado santo fue Pío X (1835-1914), que fue canonizado en 1954, ya en los tiempos modernos.

El número de Papas que han sido santificados a lo largo de la historia se eleva a 78, incluido el apóstol Pedro, y otros diez fueron beatificados.

Prácticamente, todos los obispos de Roma subieron a los altares hasta el siglo VI, entre ellos San Dámaso I (366-384), el único Papa de origen español elevado a la gloria de los altares.

A partir de ese siglo descendió el número de pontífices proclamados santos, destacando Gregorio I, “El Magno”, cuyo papado se extendió entre el año 590 y el 604 y que es considerado uno de los doctores de la Iglesia.