Mendoza.- El instructor de artes marciales Daniel Zalazar (30) fue enviado a la penitenciaria mientras la Justicia suma nueva evidencia que lo comprometen como el autor del triple femicidio y del intento de asesinato de su pequeña hija y del hermano de la nena. “Encontramos una mochila con su documentación y rastros de sangre en el departamento donde vivía; también la posible arma homicida –-un cuchillo y ropa ensangrentada que apareció en un contenedor– y contamos con los testimonios del nene que se escondió y de su hermano de 11 que está gravemente herido”, detalló esta mañana el jefe de los fiscales mendocinos Alejandro Gullé.

En la casa de la masacre hay manchas de sangre por todas partes y rastros de una persona desplazándose, en una búsqueda frenética. Los registros forenses coinciden con el relato de Bautista, el nene de ocho años que se escondió en el baúl del auto y alertó de la tragedia. ‘Sabemos que el asesino estuvo persiguiendo al chico, lo buscaba con una linterna en el patio’, contó el procurador Gullé.

Bautista fue testigo del asesinato de su mamá, su tía y su bisabuela y del ataque a dos de sus hermanos. Logró sobrevivir del ataque del ex novio de su mamá encerrándose con Coco, el perro de la familia, en el baúl de un auto.

El nene estuvo varias horas, posiblemente cinco o seis, hasta que logró, solo, abrir el baúl con herramientas que encontró allí. ‘Salió del baúl y habló con su hermano herido, Lucas, que estaba consciente, ensangrentado, sobre una cama. Usó el teléfono de su hermano para llamar y pedir auxilio a su abuela”, dijo María Teresa Day, coordinadora del Ministerio Público.

La declaración de los menores es clave. Lucas, en el momento en que fue socorrido, le transmitió a la Policía y a los médicos de la ambulancia que ‘Zalazar fue el asesino”. Había sido apuñalado en el abdomen y el cuello. “Era un mar de sangre. Vimos los dos cuerpos en el pasillo y supimos que no había nada que hacer (los de Claudia Arias y su tía Susana) y el niño de nueve años nos dijo que su hermano estaba llorando en la pieza y que también estaba su abuela. Nos relataba todo como su fuera una película”, contó al diario El Sol, la oficial de Policía Alejandra Rey (37), la primera que ingresó a la vivienda del horror.

En la habitación principal se toparon con otro cuerpo, el de una mujer mayor. Se encontraba entre una mesita de luz y una cama de dos plazas. Era la bisabuela “Estaba boca abajo, llena de sangre”, dijo la Policía.

Lucas estaba sobre una cama. “Hablaba, pero le costaba. Lo hacía entre llantos y ronquidos. Era muy shockeante. La sangre estaba como seca; llevaban más de una hora así”, contó Rey.

Uno de sus compañeros de patrullaje le alertó que también había un bebé. Se trataba de Mia, de nueve meses. “Estaba herida en el tórax, llena de sangre y sólo movía los labios”, recordó la agente. Decidió envolver a la bebé en un mantel y llevarla en sus brazos al patrullero para trasladarla al hospital.

Esta mañana, el director del hospital pediátrico Humberto Notti, Raúl Rufeil, comunicó el parte médico de los dos hermanitos heridos: “El nene de 11 años ha entrado de nuevo a quirófano para realizarle curaciones en las heridas punzantes que tiene en la cabeza. Continúa con respirador artificial y, si bien fue compensado de la hemorragia gástrica, hay que intervenirlo y evaluar si hubo daño neurológico. Su estado sigue siendo grave”.

El médico dijo que la beba presenta una mejora. ‘Empezamos a retirarle el respirador artificial. Su evolución dentro del estado delicado que presenta es favorable y con una leve mejoría’, amplió. Las múltiples heridas de los chicos fueron producidas por un cuchillo de cocina.

Fuente: Clarín