Todavía aturdidos, todavía dolidos, todavía con la muerte y la destrucción asfixiando en cada esquina, los sanjuaninos se lanzaron a un encarnizado debate apenas 5 meses después del fatídico terremoto del 15 de enero de 1944, que mató a unas 5.000 personas y del que hoy se cumplen 80 años. Ya era junio y el gobierno había hecho público el primer plan oficial de reconstrucción de la ciudad. La idea troncal consistía en mudar toda la zona céntrica unas quince cuadras hacia el sudoeste, arrancar de cero la construcción en ese nuevo lugar y dejar los esqueletos de las casas y edificios derrumbados como una suerte de museo a cielo abierto que evocara la tragedia. Era, a todas luces, un plan tan rupturista como revolucionario. No prosperó finalmente, pero sí generó una grieta enorme en la apesadumbrada opinión pública de aquella época. Tanto, que la sociedad se dividió en dos bandos: los Trasladistas, que apoyaban la megamudanza, y los Quedistas, que fueron mayoría.
Este plan original de cómo volver a poner en pie la ciudad posterremoto es parte de los hechos históricos que explicará el arquitecto Jorge Martín, especialista en urbanismo y patrimonio, en su charla "Planes de reconstrucción" que ofrecerá esta tarde en el marco de los actos para recordar la tragedia de hace ocho décadas.
A modo de adelanto, el propio Martín le contó a DIARIO DE CUYO los detalles de aquel primer plan de reconstrucción. "No estuvo diseñado por sanjuaninos, ya que acá había muy poquitos profesionales. Entonces el gobierno nacional recurrió al equipo de los reconocidos arquitectos e ingenieros Muscio, Bereterbide y Vautier", contó el experto en patrimonio.
El equipo, relató Martín, llegó a San Juan con un plan que no dejó a nadie indiferente. Proponía trasladar la ciudad hacia el sudoeste, comenzando en la actual zona de la Villa del Carril, y desde ahí extenderse hacia el sur y el oeste. Su idea era que la "vieja" ciudad derrumbada quedara como estaba, rodeada por las cuatro avenidas y expuesta como un recordatorio abierto y permanente del sismo. Y a la ciudad "nueva", construirla de cero, con un sistema totalmente distinto y radioconcéntrico, ya no con la tradicional cuadrícula de manzanas sino con avenidas que confluyeran en un eje cívico en la parte central, más una ruta que enlazara la salida a Mendoza con la salida a Calingasta, con una gran autovía.
"Esa ruta -explicó Martín-, además de proporcionar las salidas hacia los grandes centros urbanos de afuera, iba a cumplir la función de frontera interna: dividiría la ciudad antigua (hacia el noreste) de la ciudad nueva (hacia el sudoeste). Esa ruta era la calle Mendoza, que luego haría una gran curva bordeando toda la ciudad, para girar hacia el oeste y conectar con Calingasta". Ese concepto de una avenida como frontera es igual al que tiene hoy la General Paz, que separa la Ciudad de Buenos Aires de la provincia de Buenos Aires. Esa avenida fue proyectada, justamente, por el mismo trío Muscio-Bereterbide-Vautier.
Formalmente, el plan proponía que los ciudadanos que habían perdido sus propiedades recibieran acciones, como en el mercado de valores. Con ellas, los vecinos iban a poder adquirir los terrenos en la nueva ciudad. Esa arista enardeció más aún la polémica, que era reflejada en el diario El Tribuno, que también tomaba partido editorializando en contra de la idea de mudar toda la ciudad. Fue en el fragor de ese debate público en San Juan, con una población todavía de luto y caminando sobre escombros pero decidida a mirar para adelante, que surgieron los Trasladistas y los Quedistas.
"Las familias con propiedades en las zonas céntricas eran quienes más se resistían al traslado -reveló Martín-. Tener un terreno cerca de la plaza 25 de Mayo no sólo era estar ubicado en el tope de los valores inmobiliarios, sino que además definía un estatus, una posición privilegiada en la sociedad sanjuanina". Eso explicaba uno de los principales fundamentos de los Quedistas.
Otro punto en el que se apoyaban quienes rechazaban el plan era la altísima complejidad y el largo plazo que implicaba. Es que la idea era hacer traslados parciales, por etapas: construir un grupo de barrios, mudar a esa parte de la población, demoler lo que había quedado a punto de caerse en la parte vieja y recién entonces iniciar el mismo proceso de raíz con otro grupo de barrios. "San Juan tenía 226.000 habitantes y la ciudad Capital y alrededores tenían 110.000. O sea que el plan apuntaba a mudar al menos a 90.000 personas", explicó Martín.
El plan finalmente fue descartado, pero en los siguientes cuatro años hubo otros cinco planes sucesivos. El último, proyectado en 1948 por José María Pastor, fue el que le dio la base a la reconstrucción que convirtió a San Juan en una de las ciudades más modernas de Sudamérica.
Destrucción
13 mil viviendas son las que se calcula que fueron devoradas por el sismo de hace 80 años.
Hacia abril de 1951 ya se había reconstruido unas 8.200 casas con fondos estatales.
Sólo un susto
7 fue la magnitud, en la escala de Richter, del terremoto en San Juan el 11 de junio de 1952, mientras avanzaba la reconstrucción. Pero, a diferencia de 1944, dejó 2 muertos.
Presupuesto
950 millones de pesos fueron los fondos públicos con los que se logró construir cerca de 12.000
obras hasta 1957, incluidos 672 edificios adentro de las cuatro avenidas.
Acto, muestra, charla y espectáculo sonoro para la memoria
El arquitecto Jorge Martín ofrecerá hoy desde las 19 en el Museo de la Historia Urbana la charla explicativa "Planes de reconstrucción", en el marco de los actos previstos por la Municipalidad de la Capital, que incluyen además las visitas guiadas por una muestra permanente sobre el terremoto, el encendido de 80 velas para recordar a las víctimas y la intervención sonora "Sismografía", que será a las 20,52, la hora exacta a la que sucedió el sismo trágico de 1944. Para invitar a su charla, Martín remarcó que "más allá del homenaje a las víctimas, que es la parte conmemorativa, es importante rescatar la capacidad de resiliencia de los sanjuaninos, de levantarse de entre todo lo caído, cuando se había perdido más del 90% de las construcciones. No quedarse sólo con el dolor, sino también homenajear a los que, aún en esas condiciones, fueron capaces de ponerse de pie y ponerse a pensar cómo rehacer la ciudad". Todo el homenaje en su conjunto está previsto que comience a las 19.